En los últimos tiempos han surgido estudios que avalan los beneficios de algunos componentes de la marihuana, como el cannabidiol, contra múltiples enfermedades. No obstante, el debate en torno al uso de esta droga va más allá de las necesidades sanitarias, hasta el punto de que algunos países han comenzado a beneficios y a hacer efectiva su legalización con fines recreativos. Hasta ahora solo uno, Uruguay, había dado ese gigantesco paso. Pero desde esta misma madrugada Canadá acaba de autorizar el consumo lúdico de marihuana, convirtiéndose así en la primera potencia económica que lo hace.
La nueva normativa establece que su precio de venta varíe con el tiempo en función del coste que tiene en el mercado negro con el objetivo de acabar con esta subeconomía. En este momento, el gramo de marihuana costará en las tiendas 10 dólares canadienses, unos 6,68 euros, impuestos incluidos. Pero no todas las condiciones en torno a la marihuana vendrán impuestas por la normativa nacional, sino que cada provincia del país tendrá capacidad para tomar decisiones respecto a la mayoría de edad necesaria para comprarla, el número de plantas de cultivo permitidas o la posibilidad de fumar espacios públicos.
A pesar de los numerosos opositores de la revolucionaria medida, los liberales del primer ministro Justin Trudeau consideran que evitará el consumo por parte de menores, reducirá el crimen asociado al mercado ilegal del cannabis y permitirá comprarlo en tiendas oficiales que ofrezcan garantías sanitarias. Bajo estos argumentos, la ley fue aprobada por el Senado el pasado junio con 52 votos a favor y 29 en contra. Una postura política que concuerda con el sentir de los canadienses. De hecho, y según una encuesta, 7 de cada 10 de ellos está a favor de su legalización. Ahora solo queda observar los resultados.