Otra brutal agresión homófoba conmociona a España. Cuando solo han pasado dos meses de la muerte de Samuel en A Coruña, golpeado brutalmenteagresión homófoba la policía investiga una brutal agresión en Madrid. Tuvo lugar el domingo por la tarde, cuando ocho individuos con pasamontañas y vestidos de negro, asaltaron a un joven, le cortaron el labio con una navaja y le cortaron un glúteo marcando con un cuchillo la palabra “maricón”, según la denuncia citada por agresión homófoba .
Aunque España fue el cuarto país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual y hasta hace poco era considerado uno de los países menos homófobos, en los últimos meses los relatos y denuncias de agresiones físicas y verbales crecen y también la gravedad de los ataques. La violencia contra el colectivo aumenta de la mano de la normalización de discursos de extrema derecha que cuestionan eventos tan consolidados como el desfile anual del Orgullo y que aceptan que existan terapias de conversión para los homosexuales, como si serlo fuera sinónimo de tener un trastorno mental. El último ataque tuvo lugar el domingo en un portal del barrio de Malasaña y lo sufrió un joven de 20 años a plena luz del día, sobre las 17 horas. “Asqueroso”, “maricón”, “comemierda”, le gritaban los agresores al joven, según su relato. Le bajaron los pantalones y le realizaron las heridas en el glúteo, así como hicieron alusión al “anticristo” mientras le atacaban.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, del PSOE, condenó el ataque y aseguró que “en nuestra sociedad no tiene cabida el odio”. “Mi rotunda condena a este ataque homófobo. No vamos a permitirlo. Seguiremos trabajando por un país abierto y diverso, donde nadie tenga miedo a ser quien es”, tuiteó.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, del PP, también condenó el ataque y dijo que “Madrid debe ser una ciudad libre de violencia machista y homófoba”, pero calificó de “excesivo” asegurar que el lenguaje de la extrema derecha pueda allanar el terreno a estos ataques. El asesinato homófobo de Samuel Luiz en A Coruña, aunque la policía y los medios llegaron a cuestionar que fuera un crimen de odio, fue el episodio más negro de una tendencia lamentablemente al alza en España. Las pruebas acabaron demostrando que fue una golpiza colectiva, un linchamiento, entre gritos de maricón a la salida de una discoteca. Por ahora, hay tres jóvenes encarcelados en prisión sin fianza. Miles de personas salieron a las calles para denunciar la LGTBIfobia de un asesinato brutal.
En Bilbao, durante el mismo mes de julio, se sucedieron tres agresiones en un mes. Y en Extremadura, el pasado mes de agosto se habían registrado ya 24 agresiones homófobas, las mismas que en todo el año anterior, explicó la Fundación Triángulo. Pero hay más. En Cataluña, el Observatori contra la Homofobia ha registrado 80 denuncias por diferentes tipos de agresiones en 2021, tres de ellas durante el mismo último fin de semana de mayo, incluida una agresión múltiple a una pareja en la playa que acabó con golpes y contusiones.
Los ataques también se han disparado en internet: un sondeo a 600 personas del colectivo Cromosomax el año pasado concluyó que un 40% habían recibido ataques graves en la red. Y la sensación de peligro entre el colectivo LGTBIQ+ en las calles ha vuelto a niveles que hacía muchos años que no se veían.