Los planes para la llegada masiva de turistas ponen en peligro el futuro de Machu Picchu

El nuevo aeropuerto internacional que se construirá en la cercana localidad de Chinchero, un pueblo inca ubicado a cerca de 4.000 metros sobre el nivel del mar y que da acceso al Valle Sagrado,

Por si los 1,5 millones de personas que pisotean cada año las ruinas de Machu Picchu fueran poco, un nuevo peligro acecha al recinto arqueológico inca más conocido del mundo y símbolo de Perú. El nuevo aeropuerto internacional que se construirá en la cercana localidad de Chinchero, un pueblo inca ubicado a cerca de 4.000 metros sobre el nivel del mar y que da acceso al Valle Sagrado, podría acabar con parte del legado único de la cultura inca, además de traer un número todavía mayor de turistas para degradar las sobrexplotadas ruinas de Machu Picchu.

“Este es un paisaje construido de terrazas y rutas que fueron diseñadas por los incas … un aeropuerto destruiría este lugar”, apuntó la investigadora peruana de la Universidad de Cambridge, Natalia Majluf, en declaraciones recogidas por eldiario.es. Otro de los problemas es que la ruta de aproximación de los aviones sobrevolarían el poblado de Ollantaytambo donde 348 kilómetros cuadrados de ruinas podrían verse afectados por el ruido y las vibraciones de las aeronaves de gran tamaño. Por último, las necesidades del nuevo aeropuerto podrían agotar las reservas de agua del lago Piuray que abastece a Cuzco. 

“No creo que haya ningún arqueólogo o historiador relevante trabajando en el área de Cuzco que no haya firmado la petición”, recordó Majluf al respecto de la petición que ha puesto en marcha para acabar con el proyecto del aeropuerto internacional. Sin embargo, el gobierno peruano está decidido a duplicar el número de visitantes a Machu Picchu gracias al nuevo aeropuerto a pesar de que los informes de la Unesco apuntan a que, en la actualidad, el número de visitantes es el doble del recomendado para unas ruinas enormemente frágiles.

Si todo avanza como está previsto, el aeropuerto será una realidad en los próximos años y, a pesar de que las autoridades peruanas han intentado limitar los turnos de visitas a las ruinas, el futuro de Machu Picchu podría ser mucho peor de lo que pensamos. La ciudad que resistió durante siglos el proceso de conquista y destrucción de la civilización inca podría ahora ser destruida por la avaricia de las autoridades peruanas y de millones de turistas ajenos a la degradación que generan sus ansias de conocer una de las maravillas del planeta.