La última teoría sobre el verdadero motivo del hundimiento del Titanic

Un sádico propietario, una avariciosa compañía o un simple incendio en la zona de calderas

La historia del hundimiento del Titanic es harto conocida. Y no porque hayas leído cuidadosamente todas las noticias de los periódicos de la época, sino porque James Cameron decidió engalanarla con una de las historias románticas más populares de todos los tiempos. Hasta tal punto que resulta prácticamente imposible que no tengas unas buenas imágenes en tu cabeza del inmenso iceberg, de la banda de música tocando en mitad de la catástrofe y de la polémica tabla de madera flotando en el océano. ¿Pero y si no fuera cierto? ¿Y si lo que pasó con el Titanic fuera muy diferente? Aquí van unas cuantas teorías alternativas muy locas.

La primera de ellas resulta idéntica en los hechos aparentes, pero muy distinta en las causas. Como explican desde Magnet, "una de las teorías más comentadas es que el Titanic no vivió un accidente, sino un siniestro preparado". Concretamente por parte de J.P Morgan, propietario del Titanic, quien hipotéticamente habría provocado el hundimiento del transatlántico para acabar con varios enemigos comerciales que iban a bordo del mismo. Aunque "Morgan había declarado que viajaría en el Titanic, el día antes alegó estar enfermo y no poder montarse en el barco". A los tres días estaba tumbado en un resort francés.

La segunda teoría alternativa es también la más defendida por el sector conspiranoico de internet. Y resulta tan macabra como la anterior. En concreto, cuenta que White Star Line, empresa propietaria del Titanic y de Olympic, realizó un cambiazo de última hora para que los pasajeros del Titanic se montaran en realidad en el Olympic. El motivo es que este último había sufrido un accidente en 1912 que el seguro no cubría debido a la responsabilidad del transatlántico en el mismo. Así, planeaban cobrarse el seguro cuando el Olympic, que el mundo entero pensaba que era el Titanic, se hundiera a causa de su mal estado en alta mar.

La tercera teoría dio lugar a todo un documental: Titanic: The New Evidence, donde se cuenta "que no fue un choque con un iceberg lo que causó el trágico hundimiento del transatlántico, sino un fuego en las caldera que se habría iniciado incluso antes de abandonar los astilleros de Belfast". Lo macabro aquí no es la intencionalidad, pues habría sido un mero accidente, sino el hecho de que la verdad "le fue silenciada a los pasajeros del buque hasta que fue demasiado tarde". La zona quemada del barco, muy debilitada ya, recibió el golpe del iceberg, que de lo contrario no habría provocado daños letales a la estructura.

Y por último encontramos la teoría de las puertas estancas. En este caso, cuentan desde este medio, el iceberg continúa siendo el gran peligro, pero "si estas puertas hubieran sido abiertas el barco podría haberse asentado en una quilla uniforme y, con ello, posiblemente mantenerse a flote el tiempo suficiente hasta que llegaran los buques de rescate". Sin embargo, esta teoría es especialmente vulnerable pues no existían directamente puertas estancas en los cuatro primeros compartimentos. El Titanic estaba condenado. Fuera cosa de Morgan, de la White Star Line o de un indiferente iceberg, la historia es la que es y no puede cambiarse.