Así mutaría tu cuerpo si algún día colonizamos Marte

El cambio radical en las condiciones ambientales a las que se vería sometido nuestro cuerpo provocaría mutaciones que podrían extenderse en pocas generaciones

La exploración de otros planetas cada vez más se ve como la salida al gran desaguisado en el nuestro y Marte, por sus características y su proximidad, siempre es el destino más citado, como en su época sucedía con Benidorm para gran parte de los españoles de interior que querían pasar unos días en la playa. Pero, ojo, que la colonización de Marte es algo para lo que seguramente no estamos tan preparados y las mutaciones genéticas que podríamos sufrir son importantes. 

Lo ha explicado el doctor Scott E. Solomon, de la Universidad de Rice, en la publicación Inverse. Las complicaciones en el entorno de vida supondrían una alta tasa de mortalidad y esto haría que los supervivientes transmitieran rápidamente las mutaciones a otras generaciones. La primera de ellas, según el investigador, sería la desaparición del sistema inmunológico, que quedaría inservible en un paisaje estéril como Marte. Y ojo, si los residentes en Marte se quedan sin sistema inmunológico, el sexo con los humanos residentes en la Tierra podría ser letal. Así que aprovecha ahora que todos tenemos sistema inmunológico y encima estamos en el mismo planeta. 

Pero hay más. Si nos da por irnos a Marte a vivir, según la investigación, la densidad de nuestros huesos aumentaría considerablemente. Esta sería a priori una buena mutación, puesto que a mayor densidad ósea, menos riesgos de lesiones y fracturas en los huesos. Lo que pasa es que una mayor densidad ósea, apunta Solomon, también puede suponer fracturas de pelvis en la infancia.

La miopía podría convertirse en congénita entre los colonizadores. Ya ahora, los exploradores del espacio regresan con problemas de visión, sobre todo cuando han estado en misiones prolongadas, y esto podría deberse a problemas vasculares generados por la mayor presión en el espacio o bien al mayor líquido cefalorraquídeo, que se encuentra entre la médula espinal y el cerebro para proteger al sistema nervioso amortiguando los impactos y que, según la BBC, aumenta considerablemente entre quienes pasan largos periodos en el espacio. Solomon, en cambio, explica que el empeoramiento de la visión tendría que ver con que el espacio es más pequeño y no habría necesidad de ver tan lejos. 

El investigador también apunta que los colonizadores podrían adquirir nuevos tonos de piel, ya que la melanina sirve en los humanos para luchar contra los rayos ultravioleta, mientras que en Marte habría que desarrollar otros pigmentos para luchar contra la radiación. Usar el oxígeno de manera más eficiente sería otro aprendizaje genético que deberían adquirir los colonos en Marte, ya que los niveles son diferentes allí. Para que las mutaciones genéticas sean más bien positivas y no dejen a los colonizadores hechos un estropicio, sería importante que decenas de miles se mudaran a Marte, ya que a mayor diversidad genética más posibilidades de que evolucionen de manera eficaz.