Esta mujer lleva años intentando demostrar que está viva

Un tribunal dijo que estaba muerta y lleva años intentando demostrar que está viva

Un día te despiertas y estás muerto. No literalmente, porque respiras, te bombea la sangre, tienes hambre y todos esos procesos que demuestran que estás vivo. Así que nada de luto. Pero, según la justicia y administración pública de tu país, estás muerto. Es lo que le ha pasado a Jeanne Pouchain, una francesa de 58 años que “murió” en 2017 por culpa de un tribunal, que la dio por fallecida. Desde entonces, ella “no existe”, así que ni su DNI, ni carnet de conducir, ni seguro médico, ni cuentas bancarias son válidos. Es como si fuera un niño pequeño, sin capacidad para hacer nada por sí misma.

La historia de esta muerte administrativa se remonta al año 2000. Jeanne tenía una empresa de limpieza que, debido a su supuesta inviabilidad económica, tuvo que recortar en trabajadores. En 2004, la empresa fue condenada a pagar 14.000 euros a una exempleada por daños y prejuicios. Pero como la sanción fue puesta en la empresa, en quiebra, no tuvo que pagar la cantidad. Cinco años después, la trabajadora aprendió la lección y decidió denunciar directamente a su jefa. Después de un largo proceso, el juicio, esta vez contra la propietaria y no contra la empresa, se retomó en 2016, pero Jeanne se negó a responder a la justicia. La exempleada y su abogado, hartos por un proceso que se estaba volviendo eterno, se inventaron que la mujer estaba muerta, para que obligasen a sus familiares a pagar la cantidad. El tribunal no se molestó en contrastar la información y lo dio por válido, pidiéndole a su esposo e hijo que pagasen la multa. Así empezó la muerte administrativa de Jeanne y su calvario.

Desde entonces lleva intentando su resurrección en los tribunales. Sus abogados le dijeron que iba a ser algo rápido. “Fui a ver a un abogado que me dijo que se resolvería rápidamente, ya que había estado con mi médico, quien certificó que todavía estaba viva”, explica en unas declaraciones que recoge La Vanguardia. Pero no fue el caso. Parece que el único que puede “resucitar” en tres días es Jesucristo, porque Jeanne lleva más de tres años reclamándolo sin que le hagan demasiado caso.

“Es una historia loca. No lo podía creer. Nunca pensé que un juez declararía muerto a alguien sin un certificado”, añade el abogado, que no entiende por qué el caso se está dilatando tanto. Falta de prioridad burocrática, casos más urgentes, una justicia muy lenta y un sistema saturado son los ingredientes que explican la Odisea burocrática de esta mujer. Y parece que va para largo hasta que vuelvan a darla por viva.