Reino Unido votó salir de la Unión Europea el 23 de junio de 2016. Han pasado casi tres años y todavía seguimos despertándonos cada mañana con las noticias sobre las negociaciones del eterno divorcio europeo. Si te has perdido con tanto titular, este es un resumen de lo que ha pasado y, sobre todo, de lo que pasará en los próximos meses. La última fecha era el 29 de marzo la semana que viene pero tras el enésimo rechazo del acuerdo, la UE ha concedido retrasar la salida hasta el 22 de mayo, pero hay un problema y una condición.
La condición es que para poder irse el 22 de mayo, Reino Unido tiene que aceptar en los próximos días y sin matices el acuerdo entre su primera ministra, Theresa May, y la UE. Si lo aprueban, podrán irse en los próximos dos meses. Pero si el Parlamento rechaza el acuerdo lo que parece más probable porque ya lo ha hecho dos veces, se vuelven a caer los pactos y Londres tendrá que decidir el 12 de abril si se van ese día de golpe, o si necesitan renegociar los términos para abandonar el bloque. Y llega el problema: Reino Unido tendrá que volver a participar en las elecciones europeas, que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo, y enviar eurodiputados a Bruselas, lo que parece absurdo en medio de tanto caos.
Las fechas aprietan, los políticos están nerviosos y, para colmo, la ciudadanía británica, empieza a estar harta de la decisión. Las dos opciones que hay sobre la mesa parecen desastrosas: la primera, porque supondría un Brexit abrupto y acelerado, la segunda, porque seguramente le costará el cargo a la primera ministra, Theresa May, que ha sido la interlocutora de Bruselas durante todo este tiempo. Tardó dos años en conseguir un acuerdo que fuera lo más respetuoso posible con las necesidades de los ciudadanos británicos que viven en Europa y con los europeos que viven en Reino Unido.
Un millón de firmas para frenar el Brexit
El Brexit inquieta a los ciudadanos. Solo se impuso por el 51% de los votos en el referéndum de 2016 y desde ayer un grupo de británicos han conseguido reunir más de un millón de firmas para pedir a su parlamento que reconsidere la idea de salir de la Unión Europea y revoque el Brexit. Los estudiantes de ese país con becas Erasmus para el próximo curso, por ejemplo, temen que se les retiren las becas y sus convenios dejen de ser vigentes si Londres acaba abandonando el bloque.
Ante las dudas, el Ministerio de Exteriores ha publicado en su página web información práctica sobre cómo afectará el Brexit a la ciudadanía. Los españoles residentes en Londres no deberían preocuparse por su situación hasta el 30 de junio de 2021, cuando se establecerá un sistema de visas para los ciudadanos europeos. Los que lleven allí más de cinco años, obtendrán un permiso de residencia permanente, los demás podrán ir regularizando su situación mediante visas temporales. Para ello, tendrán que empezar a registrarse a partir de marzo de ese mismo año. De cara a los ciudadanos de a pie, el Brexit prácticamente no debería notarse.
Por ahora, esa fecha parece lejana, pero también lo parecía 2019 cuando se votó el Brexit hace tres años. El proceso se está haciendo largo y lento y siempre parece que se abren nuevas oportunidades para que, al final, Reino Unido se quede en la Unión Europea, aunque por ahora esa no parece la opción más probable.