Los surcoreanos quieren porno, no mirar por debajo de tu falda

El gobierno acaba de endurecer el acceso al porno para intentar frenar un aumento del 'upskirt'

En Corea del Sur el porno es ilegal. Pero desde febrero de 2019, las páginas son todavía más inaccesibles. Sitios como pornhub o xvideos, a los que tantas veces hemos entrado, ya no están accesibles para los ciudadanos del país asiático. No es nada nuevo, las primeras prohibiciones se hicieron en 2009, pero como afirma el portal coreano The Korea Bizwire, era muy fácil burlarlas con códigos especiales o truquitos que todo el mundo se sabía. Sin embargo, eso ya no es posible. Y todo para combatir una epidemia creciente en Corea: el el portal coreano The Korea Bizwire, el el portal coreano The Korea Bizwire o las cámaras en baños públicos, una forma de acoso cada vez más común.

Para poner un poco de contexto. Según diversos estudios sociológicos, Corea del Sur es un país con una moral muy conservadora y tiene una relación muy complicada con la sexualidad y el porno. Su reacción suele ser prohibirlo o censurarlo. Desde que se cerrase el acceso al porno en 2009, cuando entrabas a una página web de este tipo de contenidos te saltaba “una alerta con letras rojas que dice ‘advertencia’ y un logo de la policía”, explica una joven en un vídeo del portal Asian Boss.

Una década después, con la nueva ley, “se han bloqueado completamente todos aquellos dominios pornográficos, sean locales o extranjeros”, apunta el artículo. El Gobierno lo ha logrado colaborando con las siete principales compañías de Internet del país, recaudando información de todos los usuarios “para detectar patrones inteligentes de acceso al porno y prohibirlos”. En total, 895 webs censuradas.

El argumento del gobierno para tirar adelante esta polémica medida ha sido, justamente el aumento de vídeos grabados en la intimidad sin el consentimiento de las mujeres. Para eliminar esta especie de porno no consentido. Por ejemplo, colocando cámaras en baños, haciendo fotos por debajo de las faldas o grabando a sus parejas y haciéndolo correr por las redes y blogs pornográficos. Es una epidemia que va en crecimiento: en 2017 se registraron 6.000 denuncias, el triple que en 2012. Pero probablemente la cifra es más alta, porque no todo el mundo denuncia.

Aunque hay medidas para evitarlo legalmente, los colectivos feministas las consideran insuficientes, y muchas veces es difícil encontrar culpables. Las multas máximas por compartir porno de alguien son de menos de 9000 euros y cárcel de un año, una condena insuficiente teniendo en cuenta que un vídeo pornográfico viral puede destrozar la vida de una mujer en la conservadora sociedad coreana.

Pero a muchas personas no les ha parecido que esta situación se vaya a corregir prohibiendo el porno. Lo que se debe hacer es combatir a quienes graban sin permiso y endurecer las penas por lucrarse con estos vídeos más similares a cámaras espía que porno. Por eso, han tenido lugar algunas manifestaciones en Seúl, la capital coreana, y se han activado recogidas de firmas, que ya superan las 200.000, para que el gobierno dé marcha atrás en la prohibición.

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En la petición online se explica que no se pide retirar la censura del porno solo porque quieren disfrutar de él, sino porque todo apesta a control gubernamental sobre la población. "Ahora el gobierno dice que bloquea solo sitios web de contenido ilegal y sitios web para adultos, pero no sabemos si no bloqueará ningún otro sitio web. Creo que Corea del Sur está siguiendo los pasos de la censura de Internet en China".

“Es quemar todo el establo porque hay un par de pulgas”, dice Jung Gu-seong, una mujer de 32 años, al portal Aju Daily. “Los adultos deberíamos poder escoger qué consumimos, y el gobierno debería evitar la pornografía de venganza usando métodos efectivos, no restringiendo todo el porno”. Ahora el país está con las calles llenas de manifestaciones. Algunos pidiendo porno libre y otras pidiendo que se acabe con el acoso pornográfico y puedan ir a sitios públicos sin sufrir por su intimidad.