Por qué Canadá se ha convertido en el epicentro mundial del movimiento antivacunas

Por qué Canadá se ha convertido en el epicentro mundial del movimiento antivacunas

La madre de todas las protestas antivacunas está en Canadá. Desde hace 11 días el “Convoy por la Libertad”, formado por miles de camiones pesados y sus furiosos conductores, bloquea los accesos al centro de la capital, Ottawa, así como los principales puntos fronterizos del país. Con el ruido infernal de sus bocinas e inhabilitando los alrededores del Parlamento, los cerca de 15.000 manifestantes que allí se han llegado a congregar han querido echarle un pulso al primer ministro, Justin Trudeau.

La intención de los camioneros es permanecer y boquear la capital hasta que el gobierno canadiense elimine todas las restricciones y medidas para el control de la covid-19 en el país, incluyendo la obligatoriedad de obtener un pasaporte de vacunación para desarrollar su actividad atravesando la frontera de Estados Unidos. El caso es que su presencia ha provocado que Ottawa se vea obligada a declarar el estado de emergencia, enviar un refuerzo de 1.800 policías y a comenzar a multar, e incluso detener, a los camioneros. 

Al menos 20 personas han sido detenidas por el momento y los ánimos están más caldeados cada día. Por su parte, Trudeau ha acusado a los manifestantes de “bloquear” la democracia y de hacer la vida imposible de la basta mayoría de los canadienses que, según los sondeos, no concuerda con la postura negacionista de los manifestantes. De hecho, los nexos entre el Convoy de la Libertad y los movimientos de “Alt right” y Qanon norteamericanos son más que evidentes.

Es más, el propio expresidente norteamericano, Donald Trump, no ha escondido su simpatía por las protestas ni tampoco el multimillonario fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk. Esto unido a las recientes polémicas en Spotify respecto a la línea editorial antivacunas del podcast más escuchado de norteamérica, el de Joe Rogan, han generado un clima extremadamente polarizado en toda la región y del cual, sin lugar a dudas, se está beneficiando la extrema derecha de ambos países. Y sabemos qué ocurre cuanto la extrema derecha capitaliza el descontento de la clase trabajadora.