‘La Bestia de Omaha’: el nazi que abatió a más de 1.000 soldados norteamericanos en una mañana

El soldado nazi Heinrich Severloh ocupó el principal nido de ametralladoras del ejército nazi en la mañana del Día D

Atrincherado en un nido de ametralladoras, mientras los bombarderos aliados arrasaban las posiciones alemanas en la playa de Omaha y los soldados americanos se aproximaban lenta pero implacablemente desde la orilla, el soldado nazi Heinrich Severloh solo tenía un pensamiento en su cabeza: matar o morir. Y mató, y mucho. Gracias a su puntería, su desesperación y a la letalidad de su ametralladora MG42, solamente en aquella mañana del 6 de junio de 1944 el soldado alemán logró abatir él solo al menos a 1.000 soldados aliados. 

En el 75º aniversario del Día D —el día exacto en que las tropas aliadas desembarcaron en Normandía para iniciar la fase final de la Segunda Guerra Mundial—, no son pocos los que han querido recordar la sanguinaria y cruel ‘hazaña’ de Severloh que desde aquella trágica mañana de primavera se ganó el sobrenombre de La Bestia Negra de Omaha. “Fueron al menos 1.000 hombres, probablemente más de 2.000. Pero no sé a cuántos abatí. Fue horrible. Pensar sobre ello me da ganas de vomitar”, reconoció avergonzado el alemán en una de las pocas entrevistas que concedió en 2004.

En aquella misma entrevista, que tuvo más de confesión que de memoria, Severloh aseguró que el tormento de aquella mañana le acompañó toda su vida. Las imágenes de miles de cuerpos cayendo desplomados bajo sus balas —la MG42 era capaz de disparar 1.600 proyectiles por minuto— se repetían en su cabeza una y otra vez. Una pesadilla que se vio obligado a vivir simplemente por haber nacido en medio de uno de regímenes totalitarios más atroces que se recuerdan. No en vano, se calcula que Severloh causó entre un 10 y un 20%de las 10.000 bajas que sufrieron los aliados aquella mañana.

El soldado alemán que abatió al menos a 1.000 estadounidenses el Día

Su brutalidad y destreza utilizando la ametralladora fue tal que incluso la película Salvar al soldado Ryan, del director Steven Spielberg, quiso recrear la terrible escena de Severloh frente a las barcazas repletas de soldados americanos que morían acribillados antes incluso de poner un solo pie sobre las arenas de Normandía. Y, aunque el cine quiso inmortalizar el momento —quizá como una manera terrible de recordar los horrores de la guerra—, la historia del soldado nazi acabó con el mismo punto amargo con el que comenzó. Severloh falleció en un asilo de ancianos en 2006 sin haber logrado eliminar de su mente lo que ocurrió aquel día.

Aunque arrebató muchas vidas y sobrevivió para contarlo, lo que hacía humano a aquel joven soldado nazi también murió en la playa de Omaha el 6 de junio de 1944.