Sobrevivimos a la gripe aviar. O a la enfermedad de las vacas locas. El zika no acabó con nosotros. Tampoco lo logró el SARS, el MERS y el resto de enfermedades que se llaman como un acrónimo. Parece un monólogo épico, casi a lo Blade Runner, pero no es más que una constatación de algo: cada vez que se anuncia una nueva enfermedad, surge un discurso alarmista, tan terrorífico que habla gripes y neumonías como si fueran un brote zombi.
Por supuesto, es grave que surja una enfermedad en humanos que no sabemos cómo tratarla. El nuevo coronavirus, bautizado como 2019 Novel Coronavirus 2019 nCoV, ya se ha cobrado la vida de 17 personas, ha afectado a 440 y ha sido detectado fuera de las fronteras del país.
Primero, un poco de contexto sobre esta enfermedad. Como explica la BBC, surgió en diciembre en Wuhan en el centro de China, una ciudad de 11 millones. Los síntomas son parecidos a los de una neumonía problemas respiratorios, fiebre y tos, principalmente, pero la cura no se conoce todavía. Sobre la transmisión, se presupone que empezó de animales a humanos, aunque ahora también ha quedado claro que se transmite entre personas.
Pero aunque echando un vistazo a Twitter y los medios amarillistas ha llegado el fin del mundo y los jinetes del apocalipsis ya han empezado a cosechar almas e inevitablemente te va a llegar el turno a ti… No es cierto. Como explica el medio El Confidencial, “todo apunta a que la mortalidad de este coronavirus es muy inferior a la del Síndrome Respiratorio Agudo Severo SARS, por sus siglas en inglés que entre 2003 y 2004 dejó casi 800 muertos en 37 países”.
De hecho, uno de los datos que no se están compartiendo con la misma viralidad que la cifra de muertos es que 25 infectados se han curado, como asegura la delegación china de la OMS. Por tanto, se están encontrando protocolos médicos para combatirla y también para controlarla: la ciudad está en cuarentena, los accesos cerrados y todas las víctimas fuera de la ciudad están en observación, con mucha precaución.
Estos argumentos no quieren decir que la enfermedad no sea un riesgo y que se le deba restar la importancia a un virus que, sin control, puede convertirse en epidemia. Pero, de nuevo, la prioridad global es combatirla, unas palabras que ha reafirmado Xi Jinping, presidente de China, por miedo a que se repita el caos del SARS, en cuya epidemia no compartieron información, fueron opacos y, en parte, eso provocó que el virus se escampase tanto.
Además, China se está tomando tan en serio combatir el coronavirus porque está teniendo flashbacks del SARS, ya que probablemente se ha originado de la misma forma, a través del mercado negro de carnes exóticas. El país cuenta con una industria ilegal de comercio de animales, lo cual quiere decir sin regulación sanitaria, y es aquí donde se originó la cepa. “El problema con los animales salvajes y las especies exóticas es que no conocemos qué enfermedades sufren, ni si pueden terminar afectando a los seres humanos. Los animales de granja están más o menos controlados, pero los ejemplares salvajes se suelen vender de forma ilegal y sin control sanitario. Si uno de esos virus salta al ser humano, los enfermos no responden a los tratamientos que sirven para combatir otras cepas similares y su peligrosidad se dispara”, explica Leo Poon, uno de los científicos que trabajaron en la erradicación del SARS, a El Confidencial.
El drama del coronavirus, además, es que ha aparecido en medio del Año Nuevo Chino, uno de los mayores movimientos de personas en todo el mundo, ya que todos los chinos en las ciudades de todo el mundo vuelven a sus casas, a pasarlo con sus familias, lo cual se traduce en que el virus podría haberse escampado sin control. Sin embargo, repetimos, no es el caso. No hacen falta tuits, WhatsApps y stories alarmadx. Está siendo controlado y esta enfermedad será otra de esas epidemias a las que "sobrevivirás". Enhorabuena, superviviente, de aquí a Resident Evil.