Tomé CBD antes de dormir para descansar mejor

Este componente natural que viene del cannabis otorga numerosos beneficios y además es seguro, no intoxica y no coloca

Estoy dando vueltas en la cama. Hace casi dos horas que me metí con la intención de dormir y no paro de pensar que tendré que levantarme muy temprano al día siguiente. El cerebro me va a mil por hora, los pensamientos intrusivos de todo lo que tengo que hacer esta semana me invaden. No me alcanza el tiempo para organizar las tareas de forma diaria y sacarles rendimiento. Tengo que mudarme, tengo que empaquetar miles de cosas, tengo que trabajar, tengo que concentrarme en qué tengo que hacer exactamente para no liarla, tengo que sacarme el carnet, ir a clase, ir al gimnasio, comer, darle de comer a mi gato, mantener el orden en casa, quedar con mis amigxs… Solo de escribirlo me entra el agobio. Y todo esto lleva dando vueltas en mi cabeza mientras intento conciliar el sueño, ¿qué puedo hacer?

El oro en mi boca

La primera vez que tuve contacto con la marihuana no fue bien. Aquella ocasión —y a mis 16 años— fue la primera y la última vez que lo probé, al menos en formato porro. La ambulancia vino a buscarme y pillé tal susto que nunca más me atreví a probar ninguna otra sustancia. Para adentrarnos en el universo del cannabis es necesario hacer una primera diferenciación: por un lado está el THC y por otro lado está el CBD, este segundo no tiene nada que ver con el tetrahidrocannabinol THC, el ingrediente psicoactivo que se encuentra en la marihuana y que produce el ‘colocón’. Sí, ambos vienen de la misma planta pero sus efectos son completamente diferentes.

“El CBD es una sustancia segura, no coloca y no intoxica, es más, no debemos de confundirlo con el THC, que es el componente más conocido, sobre todo, por su uso recreativo. A día de hoy, cada vez hay más estudios que están confirmando los beneficios del CBD, incluso la Organización Mundial de la Salud OMS lo ha catalogado como una sustancia segura y no adictiva”, así lo explican en la web de Yuyo Calm, una marca de aceites y cremas naturales con extractos de CBD, uno de los componentes del cannabis que tiene un beneficio medicinal significativo.

Había escuchado hablar del CBD pero, como también formaba parte del cannabis, sentía cierto respeto por probarlo. Vaya, que me daba algo de miedo. Pero la realidad era que necesitaba algo que me ayudara a descansar, algo que hiciera que me relajara, algo que me calmara el estrés que me perseguía incluso cuando me iba a dormir. Plena calma es el nombre del aceite de Yuyo Calm que probé durante una semana. Todos los productos de esta marca tienen procedencia ecológica y son veganos y, en concreto este que probé, contiene un 10% de CBD, es decir, una concentración media dentro la gama de aceites que ofrecen que va del 5%, el más light, al 20%, el más intenso. Llegó la primera noche con el CBD en mis manos y, aunque en España está regulado como uso tópico, hice como hacen en EE.UU. y me coloqué debajo de la lengua 3 o 4 gotas.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Silencio en mi interior

Isa y María son las creadoras de Yuyo Calm. El proyecto nació porque ambas habían sufrido ansiedad. Darle visibilidad a esta problemática resulta fundamental sobre todo porque la ansiedad, como ellas mismas explican, “te bloquea, no te deja avanzar en tu vida y la mínima tarea a la que hay que hacerle frente parece ser un mundo”. Esto que nos sucede por estar profundamente sumergidxs en la rutina y en el caos diario, lo que tiene un impacto negativo sobre nuestras emociones. Es por ello que debemos encontrar la calma cuando realmente la necesitamos. Los productos de Yuyo Calm, como tienen CBD, tienen propiedades calmantes. Hay personas que lo usan contra el estrés, contra la ansiedad o contra los dolores que genera la menstruación, entre otros.

Después de ducharme, de cenar y de haber preparado un poco por encima lo que tenía que llevarme al día siguiente, me fui a la cama. Antes de dormir siempre dedico un tiempo a leer, algunas noches estoy tan cansada que no puedo concentrarme en la lectura pero tampoco consigo dormirme a la primera. El bote de Plena calma estaba en mi mesita de noche, esperando a que lo abriera. Escogí uno de los tantos libros que tenía a mitad y coloqué cuatro gotas debajo de la lengua. Me recosté y comencé a leer. Sentí como mi cuerpo, que al principio estaba en tensión, se soltaba. No encuentro una forma mejor de describirlo: sentí una relajación como la que se siente cuando acaban de terminar de darte un masaje.

Al principio se me durmió un poco la lengua y sentí como mis ojos se cerraban poco a poco. Sentía mi respiración tranquila, amplia, como acompañando mis latidos. Fui dejando el libro a un lado y fui tapándome un poco más. No había ningún ruido en mi mente, ni repasos de tareas, ni agobios, ni cosas pendientes, todo era silencio y calma. Cuando me desperté al día siguiente estaba como nueva. No había dormido excesivas horas pero sí había descansado. Mi mente y mi cuerpo habían conseguido desconectar para reponerse. 

Ahora lo uso de vez en cuando no solo tomándolo vía oral sino también como aceite corporal cuando siento dolores o cargas en partes específicas del cuerpo. Saber que cuento con una ayuda natural para los días en los que la saturación me supera me da tranquilidad y me permite cargar con el día a día con más energía y claridad. Cabe destacar, igualmente, que en España el CBD está regulado como uso tópico y aquí lo explicamos para fines educativos.