La Seguridad Social incluirá por primera vez un medicamento para que dejes de fumar

La vareniclina es un fármaco que bloquea los efectos placenteros de la nicotina en el cerebro y su tratamiento suele prolongarse durante 12 semanas

Parecía que lo de fumar había pasado de moda con el tema de la Ley Antitabaco y la prohibición en bares y locales de ocio, pero va a ser que no. El no oler a cenicero cada vez que pisabas un bar o ibas de fiesta tuvo un efecto muy beneficioso para nuestro bienestar y más de una dentadura pero la realidad es que muchxs que lo habían intentado dejar se han reenganchado con el tema del vapeo y el tabaco de liar mientras que cada vez hay más que vuelven a tirar de la cajetilla de toda la vida. 

Según la encuesta sobre el tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia, los españoles cada vez fumamos más, en concreto el 23,3% de la población, y los mileniales nos llevamos la palma con un 25% de fumadores mientras que la Generación Z viene fuerte con un 17% de consumidores habituales. Y, aunque el 70% de los españoles ha intentado dejar de fumar al menos en una ocasión, la realidad es que todavía hay un 20% de fumadores que no son capaces de dejarlo sin algún tipo de ayuda. 

En medio de este panorama nada prometedor para nuestros pulmones, la ministra de Sanidad en funciones, Maria Luisa Carcedo, ha confirmado que la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud incluirá por primera vez un medicamento para dejar de fumar. La vareniclina es un fármaco que bloquea los efectos placenteros de la nicotina en el cerebro y su tratamiento suele prolongarse durante 12 semanas. Lo más positivo de la vareniclina es que consigue que hasta el 40% de las personas que lo han empleado no recaigan en la adicción en los 12 meses siguientes al tratamiento.

El problema es que el tratamiento, que estará disponible en unas dos semanas, no impide todos los trastornos que suelen asociarse a dejarse ‘el vicio’ como depresión; insomnio, irritabilidad, frustración o ira; ansiedad; dificultades para concentrarse; inquietud; disminución en el ritmo cardíaco; aumento del apetito o aumento del peso corporal. Es por ello que la ministra ha apelado al sentido común de los potenciales nuevos consumidores de tabaco para que entiendan que nuestros pulmones ya sufren lo suficiente con los efectos de la contaminación ambiental y que las alternativas como el vapeo no son menos inocuas que un cigarrillo.

"Lo que nos encontramos con estos nuevos productos del vapeo es que no estamos solo ante un daño a medio y largo plazo, como con el tabaco tradicional”, ha advertido Carcedo que no ha dudado en hablar de "epidemia" por el vapeo en Estados Unidos y de la aparición de neumonías severas en los más jóvenes por su consumo. De hecho, la titular de Sanidad ya ha alertado de que en futuro inmediato el vapeo será regulado y limitado dentro del marco de la Ley Antitabaco: "Tendremos que ampliar el contenido y alcance de la ley para dar respuesta a la nueva realidad".

En cualquier caso, ya hemos visto que prohibir no arregla nada y que la única manera es concienciar de que la adicción al tabaco, en cualquiera de sus formas, es tan dañina como cualquier otra adicción.