No es una exageración ni el argumento de una película apocalíptica: los mosquitos son los mayores enemigos del reino animal para los seres humanos. Y lo son porque tienen la capacidad, mediante sus picaduras, de contagiarte una terrible gama de enfermedades. El mosquito tigre por ejemplo, una especie invasora en la Península Ibérica a causa del trastoque climático mundial, puede transmitir el dengue, el chikungunya y el zika. Y no, no aprecian en absoluto la sangre de otros mamíferos. ¿Pero cómo es posible que sepan identificarnos en cualquier circunstancia incluso aunque haya perros o gatos de por medio?
¿Por qué a ti y no a tu mascota?
Esta es la pregunta principal que se planteó recientemente un equipo de investigación. En palabras de una de sus autoras, la especialista en ecología y biología evolutiva Carolyn McBride, "nos sumergimos en el cerebro del mosquito y le preguntamos: ¿qué puedes oler? ¿qué está activando tus neuronas? ¿y cómo se activa tu cerebro de manera diferente cuando hueles el olor humano frente al olor animal?". Para hallar las respuestas, el equipo sometió a mosquitos transgénicos, con cerebros capaces de iluminarse con la actividad, a los olores recogidos de 16 humanos, dos ratas, dos conejillos de Indias, dos codornices, una oveja y cuatro perros.
Y los resultados contradijeron todo cuanto se pensaba acerca de este asunto. Como explican desde el medio especializado IFLScience, "el cerebro del mosquito tiene 60 centros nerviosos llamados glomérulos, y el equipo originalmente planteaba la hipótesis de que la mayoría de ellos estarían involucrados en ayudar al mosquito a encontrar su próxima comida y distinguir los olores humanos de los animales". A fin de cuentas, tu olor natural contiene muchísimos compuestos diferentes. La realidad, sin embargo, fue muy diferente: basta con dos glomérulos concretos para detectar dos sustancias concretas. Así de sencillo.
Nuevos repelentes
"Eso contradecía todo lo que esperábamos, así que repetimos el experimento varias veces, con más humanos y con más animales. Simplemente no podía creerlo. Es demasiado simple", comentaba otro de los miembros del equipo, el experto en neurobiología Zhilei Zhao. Pero los resultados permanecieron impasibles: a los mosquitos solo les importan dos sustancias químicas presentes en tu aroma: decanal y undecanal, "las cuales se originan a partir de lípidos únicos de la piel humana". Están especializados en detectarlas. Por eso no importa que estés rodeadx de perros o escondido en una manada de lobos. Darán contigo sin fallos.
No obstante, el descubrimiento tiene también su lado positivo. Como apuntan desde este mismo medio, "en general, esta emocionante investigación puede ayudar al desarrollo de nuevos repelentes", de manera que nos "permita a todos disfrutar del agradable aire exterior sin el temor de que estos desagradables insectos nos roben la sangre". Antes, cuando la máxima consecuencia de la picadura era la inflamación y unos días de rasca que te rasca, no era tan importante. Pero con la llegada de especies como Aedes albopictus, cada vez más abundante en nuestro país, la cosa toma otro color: camuflarse puede ser determinante.