Por qué deberías dejar de salir a correr según la ciencia

Tus ancestros se pasaban la vida caminando y sentándose. Correr era un recurso extremo

Una vida entera martirizándote por no salir a correr por las mañanas o, aún peor, obligándote a salir a correr por las mañanas, para que ahora venga un científico a decirte que no es saludable. Pero así están las cosas: en su nuevo ensayo Ejercicio, el catedrático de Ciencias Biológicas de la Universidad de Harvard, Daniel E. Lieberman, explica que "el ser humano nunca evolucionó para hacer ejercicio" y que, "desde un punto de vista científico, es una actividad extraña". Como si los bonobos o los gorilas empezaran a correr de un lado para otro en lugar de hacer lo que verdaderamente están preparados para hacer: sentarse y caminar.

Esta es la teoría de este especialista en biología evolutiva. Sus investigaciones del pasado humano, especialmente a través de las sociedades cazadoras-recolectoras que sobreviven en la actualidad, le han permitido descubrir que sus integrantes pasan largas horas tumbados o sentados mientras hablan o hacen trabajos que no requieren estar de pie", según cuentan desde Trendencias. Por eso, y en lugar de caer en la típica demonización del estar sentadxs, Lieberman recomienda encontrar maneras saludables de hacerlo. Entre ellas, "levantarnos con frecuencia" y no permanecer nunca más de 45 minutos seguidos en esa posición.

Porque eso es lo que hacían tus ancestrxs: estaban relajadxs y, cuando era necesario, se levantaban para cazar o ir a por agua. Así, entre paraditas y paraditas, recorrían más de 12 kilómetros diario. Y, ojo, no corriendo, sino caminando. Como apuntan desde este medio, haciéndose eco de las conclusiones de Lieberman, "estamos adaptados para realizar una cantidad razonable de actividad física moderada y, ocasionalmente, una intensa". En ese sentido, resultaría mucho más natural y saludable que caminaras tranquilamente todos los días en vez de matarte a correr, a saltar o a practicar otras actividades intensísimas que te dejan muerto.

Sencillamente no está en tu ADN. En palabras del propio autor en Ejercicio, "en comparación con otros mamíferos, es posible que los seres humanos hayan evolucionado para ser especialmente reacios a hacer ejecicio". Y no es un fenómeno arbitrario, sino que responde a una de nuestras cualidades particulares: un cerebro que demanda muchísima energía diaria. En concreto, señalan desde Trendencias, "solo el cerebro consume entre el 20% y el 25% del total" de calorías quemadas a lo largo del día. Incluso estando sentadx gastas muchas. Quizá por eso tu cuerpo prefiere economizarlas y no moverse demasiado. La naturaleza es sabia.

Pero es importante entender que Liebarman no promueve el sedentarismo. De hecho, son muchos los estudios que vinculan esta actitud de vida con un mayor riesgo de padecer enfermedades graves. El punto está en el equilibrio. Después de todo, y del mismo modo que los gorriones no hacen carreras de salto en tierra a pesar de tener la capacidad de saltar, quizá tú no tengas que machacarte a correr kilómetros y kilómetros todos los días. Que lo puedas hacer en situaciones de riesgo no implica que sea una capacidad de la que debas abusar. Eres un ser prioritariamente caminante. Y puedes estar perfectamente sanx si andas lo suficiente.