Los peligros de inhalar insecticida, la nueva moda para colocarse

Se llama 'wasping' y es una forma de emular las metanfetaminas en Estados Unidos, aunque los expertos tienen sus reticencias sobre el calado de la droga

Es una sobredosis misteriosa que se está presentando de forma inquietantemente repetida en Estados Unidos: la inhalación de insecticidas. Se trata de una alternativa barata y accesible a las drogas ilegales y suele ser un recurso que al parecer utilizan drogadictos cuando no encuentran sus sustancias habituales, pero en 2018 ya se detectó su consumo entre adolescentes. El peligro, no obstante, es que son productos muy fuertes que no están pensados para los humanos y tampoco se sabe a partir de qué cantidad puede llegar a ser mortal.

En el condado de Boone, en Virginia, se han registrado tres muertes por sobredosis relacionadas con estas sustancias, según el medio local WCHS, que cita a la policía. Estos sprays, especialmente los antiavispas, se usan para crear unas metanfetaminas sintéticas, aunque parece que también se ingieren directamente desde la botella o mezclados con anfetas. La policía de esa zona alerta de que aunque un primer o segundo consumo puede pasar más o menos desapercibido en el cuerpo, la acumulación puede llegar a provocarte daños graves e incluso provocar la muerte.

Un artículo de El Español explica que el conocido como wasping puede llegar a bloquear nuestras conexiones nerviosas, lo que provoca convulsiones y hasta parálisis, lo que puede desencadenar en insuficiencia respiratoria y, eventualmente, la muerte. Tanto en humanos como en insectos, los piretroides, los componentes activos de los insecticidas, afectan al sistema nervioso. A los animales los aturde, primero, y luego los mata. A los humanos, si lo consumimos tanto por inhalación como inyectados, nos provoca dificultad para respirar, dolor de cabeza, náuseas, descoordinación, ardor, flashbacks y nos trastoca el sentido del olfato.

Dos expertos con los que ha hablado una periodista de Inverse.com son escépticos sobre la noticia. Una de ellas es Ayana Jordan, psiquiatra experta en adicciones y profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, que asegura que los medios que han dado la noticia no acaban de ser precisos con la descripción de la sustancia y sus efectos. Además, se posiciona más a favor de la hipótesis de que los insecticidas probablemente están siendo sintetizados para desarrollar nuevas anfetas. Para Ryan Marino, toxicólogo y profesor de la Universidad Case Western Reserve, tampoco es probable que se esté inhalando el spray directamente. "Te irritaría tu boca y vías respiratorias inmediatamente y además es una reurotoxina y puede hacerte dejar de respirar".

Por ahora, parece que el consumo de insecticidas tiene que estudiarse mejor, pero está claro que probar productos que no están pensados para el consumo humano es muy peligroso y dañino. Si alguien quiere drogarse, es mejor siempre asesorarse con expertos y no improvisar con sustancias raras que pueden acabar dándote un susto innecesario.