Hay 43 músculos en el rostro. Y el paso del tiempo los deteriora. No solo tiene que ver con la genética y el recorrido natural de la vida, sino también con el estilo de vida de cada persona. La frente se hace más grande porque las cejas van hacia abajo. Las orejas crecen, la nariz, también, y los ojos y el mentón. Los pómulos, por su parte, se caen. Y así, poco a poco, aparecen las arrugas, por ejemplo, las llamadas patas de gallo al borde de los ojos.
Con la entrada del nuevo año, los propósitos se convierten en nuestro foco principal y, entre esa lista de objetivos, está empezar el gimnasio. La vida saludable incluye el deporte, una práctica que alarga nuestra vida y renueva nuestra energía para estar a tope. ¿Y si te dijéramos que ahora hay un gimnasio también para tu cara? Al fin y al cabo, si la ejercitas, retrasarás esas arrugas que están a punto de llegar.
Nadie se había planteado que el rostro también necesita un gimnasio hasta que llego la periodista Inge Theron y creó el primer Face Gym: el primer gimnasio facial donde los usuarios aprenderán cómo fortalecer los músculos de su rostro para poder evitar —o al menos retrasar— otros tratamientos o técnicas como la cirugía estética. En este gimnasio no solo se trabaja la piel, sino que también se tratan otro tipo de dolencias como las que generan las migrañas. Si se trabaja la cara es posible reducir este tipo de dolores.
Hay varias formas de trabajar el rostro y en este gimnasio proponen un entrenamiento completo. Un grupo de entrenadores realizan una variedad de ejercicios junto a la última tecnología punta y una serie de productos para el cuidado de la piel de alto rendimiento que levantan, esculpen, tonifican y tensan los músculos faciales. Algunos de los tratamientos utilizan rodillos, movimiento de nudillos o pequeños golpes que estimulan la circulación sanguínea. Son tratamientos no invasivos que, con este movimiento, activan la producción de colágeno y, por tanto, la renovación celular.
Los entrenamientos y los tratamientos, como explican en su web, son de diferentes niveles y disponibles para toda clase de público. Además tiene una gama de tecnología adicional que incluye luces, radiofrecuencia y crioterapia. Serán los entrenadores del Face Gym quienes personalicen los entrenamientos para las necesidades de la piel y el estilo de vida de cada persona. Aún así hay sesiones de calentamiento y enfriamiento que ayuda a mejorar la apariencia.
Estas sesiones tienen un precio de 70 dólares, unos 63 euros. Si se trata de un precio que no puedes permitirte o básicamente no puedes ir a este gimnasio porque se encuentra en Nueva York, puedes ejercitar tu rostro dedicándole unos 30 minutos al día. Puedes hacer muecas, ejercicios como abrir y cerrar la boca o golpearte la piel suavemente con los dedos: todo lo que haga que se active la circulación sanguínea servirá.