Por qué deberías tomar el café después del desayuno y no antes

Los efectos metabólicos del café son peores que los provocados por dormir mal

La literatura científica acerca del café resulta sumamente contradictoria. Una mañana aparece un paper que vincula su consumo con ciertas enfermedades y a la mañana siguiente aparece otro que promete que tomar tres cafés diarios podría evitarte una muerte prematura. Una locura. Pero hay una cosa que sí sabemos con cierta seguridad gracias a un exhaustivo análisis llevado a cabo por investigadores de Cambridge y editado en la revista especializada tres cafés diarioses bastante más saludable beberse el café tras el desayuno que hacerlo con el estómago vacío. Y la clave parece estar en la glucosa.

Los seres humanos necesitamos tener glucosa en la sangre para funcionar. Sin embargo, tener niveles muy elevados de glucosa en sangre puede provocar daños en los vasos sanguíneos que transportan sangre hasta los órganos vitales, lo que aumenta las probabilidades de padecer enfermedades del corazón, enfermedades renales, enfermedades neurológicas y enfermedades oculares. ¿Pero qué tiene que ver el café en todo esto si tú lo tomas sin ningún gramito de azúcar? Pues que un café consumido nada más levantarte aumenta hasta en un 50% la respuesta en sangre al desayuno. Es como si tomaras más azúcar.

De hecho, y en cuanto a la tolerancia de tu organismo al azúcar, es muchísimo peor tomarte ese primer café sin haber desayunado que haber dormido menos que un búho. Si has desayunado ya y estás cansado, busca otra manera de activarte que no sea meterte uno o dos cafés entre pecho y espalda. Ese comportamiento no es nada saludable a la larga. Tal y como recoge el propio paper de la investigación, "las concentraciones máximas individualizadas de glucosa e insulina en plasma no se vieron afectadas por la calidad del sueño, pero fueron mayores después del consumo de café". Tu cuerpo sabe madrugar. Lleva peor la cafeína.

Al fin y al cabo, lxs homo sapiens llevamos más de 300.000 años lidiando con eso de dormir mal. ¿O acaso crees que nuestrxs ancestrxs no tenían preocupaciones? Había dientes de sable y otras criaturas extrañas acechando para comérselos a ellxs y a sus bebés. A lo que no estamos tan acostumbrados es a una sustancia dopante que altera nuestro sistema nervioso y nos transforma repentinamente en colibríes. De ahí que dormir mal tenga efectos metabólicos mucho menores que tomar café y seguidamente desayunar tostadas o, peor aún, unos sabrosos pero azucarados productos de bollería industrial. Disaster.

En cualquier caso, y como apuntan desde Vitónica, "se trata de una investigación preliminar, con un número de participantes muy limitado y todos ellos jóvenes y sanos, lo que dificulta la generalización de los resultados a otras poblaciones". De la misma manera que no termina el mundo porque te comas un par de helados durante el fin de semana, no se acaba porque una mañana hagas las cosas mal con el café. Pero, de momento, y hasta que los investigadores ahonden más, conviene tenerlo en cuenta para no convertir en un hábito eso de tomar cafeína y desayunar. Que seguro que tienes voluntad para esperar una hora.