¿Sientes calambres abdominales que se extienden por tu espalda y tus piernas cuando tienes la regla? No estás sola. Según afirma en la regla la doctora Katy Vincent, investigadora especializada en el dolor de la Universidad de Oxford, "entre un 30 y un 50% de las mujeres tienen periodos dolorosos, y algunos son tan fuertes que afectan a sus vidas". Un dolor que proviene principalmente de la contracción del útero y de la inflamación que tiene lugar en la zona para favorecer su recuperación. Son mecanismos protectores de tu propio organismo.
La causa de ese dolor
El problema es que en ocasiones los dolores menstruales no son tan naturales. En concreto, y como apuntan desde el medio británico, el dolor de la regla puede venir provocado también por trastornos médicos subyacentes como los tumores no cancerosos; las infecciones bacterianas en el útero, en las trompas de Falopio o en los ovarios, muchas de las cuales se producen debido a infecciones de transmisión sexual como la clamidia o la gonorrea; o más habitualmente una condición conocida en medicina como endometriosis.
Endometriosis
De hecho, se trata de una enfermedad que afecta a entre el 6 y el 10% de las mujeres. En palabras de Andrew Horne, profesor de Ginecología y Ciencia Reproductiva de la Universidad de Edimburgo, "definimos la endometriosis como la presencia de tejido del revestimiento del útero fuera del útero, en lugares anormales como en la zona de la pelvis, los ovarios, la vejiga o el intestino". Y no es cualquier cosa. Como dice el propio Horne, "realmente es una enfermedad terrible para las mujeres que la sufren". Una que de momento no tiene cura.
Además, es una afección difícil de diagnosticar, ya que suele confundirse con el dolor natural de la menstruación e incluso con otros trastornos como el síndrome del intestino irritable o el síndrome de vejiga dolorosa. Más allá del dolor durante la regla, algunos síntomas que pueden ayudarte a identificarla son el dolor en la zona fuera del periodo especialmente al tener sexo, orinar y defecar, el sangrado excesivo, la fatiga, la diarrea, el estreñimiento, la hinchazón o las náuseas. Si los percibes, habla con tu ginecólogx para abordarlo.
Porque, aunque la endometriosis no tiene tratamiento curativo en la actualidad, sí cuenta con tratamiento paliativo. Tu vida, en caso de que verdaderamente sufras esta enfermedad, podría mejorar muchísimo. Más específicamente, señalan desde la BBC, "se pueden eliminar los crecimientos endometriales con una cirugía o se puede practicar una histerectomía para la extirpación de todo el útero" en casos más extremos, así como optar por tratamientos hormonales. Sea como sea, conocer de dónde viene tu dolor es mucho mejor que sufrir a ciegas. Obsérvalo.