Qué deberías comer esta Navidad para disparar tu deseo sexual

La pregunta de toda la vida es si los afrodisíacos funcionan de verdad o si son un bulo con efecto placebo

Afrodita, en la mitología griega, es conocida como la diosa del amor, la que fue engendrada en una ostra de mar. El erotismo, la sensualidad, el placer y la fecundidad han estado siempre relacionados con ella, conocida como Venus en el mundo romano. Tal vez por eso, el conocido Casanova del siglo XVIII desayunaba 50 ostras para aumentar su potencia sexual, algo que ha conducido a que estos moluscos sean considerados un alimento afrodisíaco

Un afrodisíaco hace referencia a todo aquello que estimule los sentidos, potenciando el deseo o el rendimiento sexual. Cacao, canela, ginseng, fresas, ostras… ¿Qué otro alimento te han dicho que tenga propiedades afrodisíacas? Sexo y alimentación mantienen una relación estrecha e íntima además de cubrir necesidades básicas como la reproducción y la nutrición, respectivamente. No obstante, todavía no se ha demostrado que los alimentos llamados “afrodisíacos” influyan en el deseo o rendimiento sexual. 

Es posible que después de una cena romántica con una persona especial, en la que la luz tenue y las velas formen un bonito escenario y el marisco con un buen postre de chocolate sean los protagonistas del menú, la pasión acabe estallando y se manifieste un gran deseo sexual. No obstante, causalidad no implica correlación: comer bombones de chocolate con virutas de fresa liofilizada por encima en un contexto social que acompañe, puede ayudar a que aumente el vigor sexual pero, actualmente, ningún estudio muestra mejoras de la libido humana atribuibles a alimentos concretos. 

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¿Qué sucede cuando algo nos estimula a nivel sexual? 

El sistema límbico corresponde a las zonas del cerebro que regulan las respuestas fisiológicas ante estímulos determinados. Así, cuando algo nos estimula a nivel sexual, se envían señales desde esta región cerebral hasta la región de la pelvis, a través de mensajeros que pertenecen al sistema nervioso y al sistema hormonal. Estas señales provocan una dilatación de los vasos sanguíneos y, consecuentemente, se produce la estimulación de los tejidos eréctiles del pene, del clítoris y de la entrada de la vagina, gracias a que llega más sangre a esas zonas. Durante este proceso, nuestro Sistema Nervioso Autónomo libera dopamina, un neurotransmisor que provoca sensación de placer. Justo en el punto más álgido del orgasmo es cuando se da la liberación de este neurotransmisor, ¿lo sabías? 

En esta línea, algunos investigadores han descubierto que determinados alimentos, plantas y suplementos estimulan la producción de hormonas que ejercen un papel importante en nuestra libido pero, como se ha comentado antes, no se ha podido evidenciar que este efecto se deba al consumo de los alimentos en cuestión o al efecto placebo que puede producir. Algo que sí que está claro y que confirma Mariona Reyner, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y sexualidad, es que determinadas sustancias de los alimentos tienen un efecto en nuestro organismo que pueden mejorar nuestro estado de salud general y nuestra salud reproductiva en particular. 

Por ejemplo, aquellos alimentos que aumentan los niveles de óxido nítrico, permiten una vasodilatación que, como ya se ha comentado, permite un mayor transporte de oxígeno y sangre, potenciando la erección. El ajo y la cebolla activan la enzima encargada de producir óxido nítrico; la sandía contiene citrulina que se convierte en arginina, aminoácido que dispara la producción de óxido nítrico, mientras que la remolacha y la rúcula contienen nitratos que, una vez ingeridos, se transforman en óxido nítrico también. Puede parecer poco sexy comer ajo o cebolla en una cita, pero ¿qué tal un tartar de remolacha con aguacate? Además, el aguacate es una fuente de vitamina E que ayuda en la producción de testosterona, estrógenos y progesterona, tres hormonas sexuales que tienen mucho que ver en la inflamación del clítoris, la lubricación vaginal y, de nuevo, en la erección del pene.

¿Sabías que la principal responsable de que se dé la famosa erección mañanera” –aparte de los sueños que se puedan tener justo antes de despertar- es la testosterona? Los niveles de esta hormona siguen ritmos circadianos y justo a primera hora del día es cuando está en su punto más elevado.

Son varios los estudios que indican que los niveles de testosterona han decaído en los últimos años y esto tiene mucho que ver con el estilo de vida actual:

  • Tanto el ejercicio de fuerza como el de resistencia potencian nuestros niveles de testosterona. Sin pasarse con la intensidad, ya que un sobre-entrenamiento provoca un aumento del estrés. Tanto el estrés físico como el psicológico, nos provoca una respuesta de “lucha o huida” del inglés fight or flight, enviando una señal al cuerpo de que debemos sobrevivir, lo que deja a las hormonas reproductivas en un segundo plano. Básicamente, el cortisol y la testosterona son hormonas que se producen de manera inversamente proporcional. Un alimento que, según un estudio de la Universidad Queen Margaret de Edimburgo, ha demostrado reducir los niveles de cortisol es la granada, así que potenciemos su consumo ahora que es temporada y, además, es una fruta con un gran poder antioxidante. 

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  • En cuanto a la nutrición, comer demasiados azúcares refinados, grasas hidrogenadas y consumir alcohol se relaciona con una menor síntesis de testosterona, de la misma manera que sucede si no se ingiere suficiente proteína legumbres, cereales integrales, carne, pescado, huevos, frutos secos y semillas o grasa pescado azul, aguacate, frutos secos y semillas, aceite de oliva virgen extra, aceite de coco, etc.. Las ostras son consideradas el alimento “afrodisíaco” por excelencia y, aunque ya hemos dicho que no existen como tal, su contenido en zinc puede ser uno de los responsables de ese hecho, ya que este oligoelemento fomenta la liberación de hormonas sexuales. Si llevas una alimentación vegetariana, no olvides incluir semillas de calabaza en tu día a día, también son una rica fuente de zinc. 

  • Otro aspecto importante que altera nuestra salud hormonal son los disruptores endocrinos. Si reduces tu consumo de plásticos, además de hacerle un favor al planeta también permitirás mantener el equilibrio hormonal que, muy cuidadosamente, tu cuerpo trata constantemente de mantener, ya que los envases de muchos alimentos y bebidas que consumimos contienen compuestos que pueden migrar al alimento y jugar en nuestra contra. 

  • Por último, y no por ello menos importante, algo de lo que ya hemos hablado anteriormente: el sueño. Muchos estudios han demostrado que dormir 4-5h en vez de las 7-8h recomendadas puede recudir los niveles de testosterona hasta un 50%. El sexo no tiene por qué practicarse en la cama ni de noche. Dejar volar tu imaginación también puede despertar tu deseo sexual… 

Muchos de los alimentos comentados y otros contienen vitaminas y minerales que aportan energía y buena salud y, ahora que sabes esto, tal vez los alimentos que considerabas afrodisíacos han hecho su función gracias al efecto placebo. Isabel Allende está muy en lo cierto al decir que “El mejor afrodisíaco son las palabras. El punto G está en los oídos.” 

En definitiva, las personas con buena salud gozan de mayor deseo y actividad sexual, lo que no depende de nuestros genes, sino de cómo vivimos. 

Cualquier alimento puede tener la capacidad de aumentar el deseo sexual siempre y cuando el ambiente acompañe, así que ¿Te animas a prepararle el siguiente menú a esa persona especial?

ENTRANTE

Puré de calabaza con semillas de calabaza

PLATO PRINCIPAL

Salmón o tofu al horno con verduras de temporada

POSTRE

Mus de chocolate con granada y pistachos troceados

 
Una combinación de colores, sabores y texturas que despertarán todos tus sentidos

No olvides ambientar el momento con luz cálida y vuestra música favorita. 

Que el sexo os acompañe… antes o después de cenar.