Darte un baño caliente pueden ser tan beneficioso como el ejercicio

 Una buena noticia para los que están hartos de no tener siempre tiempo de salir a hacer algo de deporte

Hay días en los que te resulta imposible tener tiempo para todo. Trabajas o estudias unas ocho horas. Vuelves a casa agotadx. Pero no vale descansar: toca hacerte el tupper del día siguiente. Luego quieres socializar un poco y quedas para hacer una cañita after work con tus amigos. Más tarde te llama tu madre para recordarte que justamente tienes que devolverle ese tupper y te lía a hablar 20 minutos más. No sabes cómo, pero ya son las 22h pasadas y tu plan de hacer ejercicio se ha esfumado.

Esta radiografía sobre la falta de tiempo de un día laborable cualquiera es algo que ocurre muy a menudo, por lo que es importante exponer las conclusiones que Charles James Steward, científico de la Universidad de Coventry Inglaterra, ha expuesto en el medio Science Alert. Su teoría es que, aunque los baños calientes no son un sustituto de la actividad física, hay algunos beneficios similares y, además, estos son aún mayores si se combinan ambos métodos. Vaya, que sumergirte en una bañera cuando no tienes tiempo de salir a correr o cuando estás a un nivel de pereza parecido a hablar con ese exligue tóxico, podrían ayudarte a blindar más tu salud.

Primero de todo, arranquemos con las sensaciones corporales. Como apunta Steward, al meternos en una bañera de agua caliente, ocurre algo parecido a cuando hacemos ejercicio: nos invade una agradable sensación de calor que aumenta la temperatura de nuestro cuerpo, nos sentimos sudorosos y se produce un leve aumento de la frecuencia cardíaca, y lo mejor es que esto es solo la punta del iceberg de los puntos en común de las dos prácticas.

“Tanto el ejercicio como la terapia de calor pueden promover la salud cardiovascular a partir de optimizaciones en el estado físico, los vasos sanguíneos, la presión arterial y los niveles de glucosa”, escribe Steward en Science Alert al hablar de un estudio que hizo recientemente y en el que también asegura que se producen mejoras en las paredes del corazón y en las inflamaciones crónicas, en caso de tenerlas. Aunque ojo, la protección contra enfermedades cardiovasculares más letales es mayor en esas personas que lo hacen todo: tirar de baño y deporte al mismo tiempo.

Otra buena noticia es que los beneficios comunes no se limitan solo a la salud física, también tienen su papel si hablamos de salud mental. Algo que, como bien sabrás, si no se cuida bien puede hacerte pasar días malos, de esos en los que unas simples fotos de la paella a la que no te invitaron pueden dejarte cruzadx durante horas, y eso no te lo mereces. Es por ello que te alegrará saber que, así como la evidencia científica ha dejado claro que la actividad física libera hormonas que nos hacen sentir bien y reducir la ansiedad, el agua caliente también puede ser un auténtico antidepresivo, como indican las investigaciones del científico Steward.

Hasta ahora, todo lo beneficioso de las dos prácticas no está nada mal. Aunque es clave recordar que el agua caliente no te hará mejorar tu masa muscular o densidad ósea del mismo modo que hace el ejercicio. Y eso, junto con lo expuesto por el experto, nos lleva a la conclusión de que lo mejor que puedes hacer es combinar ambas prácticas. Sin llegar a ninguna obsesión, sal a correr cuando creas que puedes rascar 40 minutos de una aburrida tarde de lunes y métete en la bañera cuando la falta de tiempo o el agotamiento puedan contigo. Es normal que no siempre llegues a todo, pero sí que puedes intentar tener momentos reservados exclusivamente para tu salud mental y física. Seguro que te lo has ganado de sobras.