La ciencia prueba que hacer ayuno intermitente no influye en absoluto

No supone una diferencia significativa en pérdida de peso, acumulación de grasa o niveles de lípidos en sangre

Durante estos últimos años, el ayuno intermitente se ha vendido como la auténtica panacea para adelgazar, eliminar la grasa acumulada y alcanzar un estado de salud prácticamente divino. Lxs celebrities lo promocionan desde sus cuentas de TikTok. Las revistas especializadas lo rescatan una y otra vez. Y hasta tu vecinx te dice que tienes que probarlo, que así es cómo se alimentaban lxs humanxs prehistóricxs y "fíjate que hermosxs y fuertes estaban". Pero lo importante es la ciencia. Siempre lo es. Y esta vez acaba de determinar que llevar a cabo una dieta de ayuno intermitente no es mejor que llevar una dieta de toda la vida.

En concreto, el descubrimiento procede de una investigación realizada en China con 139 participantes con un índice de masa corporal de entre 28 y 45. Es decir, personas tanto con sobrepeso como con obesidad. En el transcurso de un año, todas ellas cumplieron con un estricto plan de restricción calórica, pero la mitad debía cumplir también con un horario muy concreto de alimentación: solo podrían comer entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde. La otra mitad podía distribuir las calorías disponibles del modo que quisieran. Al final del año, 118 voluntarixs habían completado el reto, pero el ayuno intermitente fue irrelevante.

No todo está tan claro

"El estudio encontró que las personas a las que se les dijo que ayunaran mientras hacían dieta perdieron peso durante un año, pero no significativamente más que aquellas a las que se les dijo que hicieran una dieta como de costumbre. Tampoco hubo diferencias significativas en otras medidas relevantes, como cambios en la grasa corporal o factores de riesgo metabólicos", explican desde Gizmodo, medio que se hace eco del estudio. Eso es importante puesto que, además de la pérdida de peso, los gurús del ayuno intermitente y su fiel legión de seguidorxs hablan de la práctica como una fuente de protección para el organismo. Y no está tan claro.

Efectos secundarios

Así, medidas de salud como la circunferencia de la cintura, la presión arterial, los niveles de glucosa o los niveles de lípidos fueron relativamente similares entre ambos grupos aleatorios. Y no solo eso. Las dietas de restricción calórica, especialmente cuando son agresivas, pueden desencadenar una serie de efectos secundarios adversos como la fatiga, los mareos o incluso los dolores de cabeza. ¿Adivina qué? "También fueron comunes entre los grupos". Al final va a resultar que la manera en la que llevábamos comiendo tantos siglos y milenios no estaba tan mal. Aunque eso no quiere decir que debamos demonizar el ayuno intermitente.

Después de todo, apuntan desde este mismo medio en base a declaraciones de los propios autores del experimento, "el ayuno intermitente no parece ser peor que la dieta tradicional". En lugar de enfocarte en que no tiene los mágicos efectos superiores que claman muchas voces, puedes enfocarte en que es tan efectiva como una dieta convencional para perder peso. En ese sentido, tienes libertad para escoger el método que prefieras sin ninguna clase de problema. Eso sí, que nadie te diga que estás escogiendo el camino equivocado si optas por comer durante todo el día. Lo verdaderamente diferencial al final es la cantidad calórica.