Cómo superar el bajón de ver la maravillosa nueva vida de tu ex en Instagram

Reaccionar mal ante la publicación de tu expareja en las redes sociales es de lo más normal pero puedes evitarlo

Si hay algo en esta vida que te corta todo el rollo es abrir Instagram y ver la foto del baby shower de tu exnovia o tu ex haciendo el viaje que planeasteis juntos con su nueva pareja. Inmediatamente una sensación de rabia se apodera de ti y, aunque te digas internamente “me la suda”, lo cierto es que el resquemor crece en tu interior hasta el punto de que le dejas de seguir o, incluso, le haces algún like o comentario cínico para dejar claro que lo has visto. Una esperanza egoísta de que lo vea y de alguna manera se sienta un poco mal él/ella también. No vaya a ser que le vaya demasiado bien sin ti en su vida.

Vivimos en una comparación constante

Para la sexóloga, terapeuta de parejas y coach sexual, Núria Jorba, el problema de que no seamos capaces de reaccionar positivamente a las publicaciones en redes sociales de nuestras exparejas reside en nuestra incontrolable necesidad de compararnos continuamente y más ahora que las redes sociales nos pasan por la cara la vida de los demás. “El ser humano funciona por comparación. Todos tendemos a considerarnos más altos, más bajos, más guapos o más feos en función de las personas de nuestro alrededor. Lo mismo ocurre con nuestras exparejas: valoramos lo bien o mal que estamos después de esa relación comparándonos con ellas y cómo les va”, apunta Jorba quien cree que este “aprendizaje social” resulta muy difícil de corregir, pero no imposible.

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Entre los motivos para algo tan chungo pero tan humano como el hecho de que nos sintamos tan mal con la alegría de nuestras exparejas, la sexóloga expone un motivo tan evidente como inevitable: “si nos sentimos así es que en realidad no hemos superado la ruptura y por ello la comparación siempre nos resultará nefasta. Es decir, si no hemos llegado al punto de decir ‘me alegro mucho de que le vaya tan bien’ es que no hemos hecho un proceso de ruptura sano y que tenemos la espina clavada de algo”. Como bien explica, no es lo mismo “poner fin a una relación marcada por la falta de interés de ambas partes y que acaba de mutuo acuerdo y sin rencores” que una ruptura traumática o unilateral, lo cual “suele necesitar un duelo mucho más largo”.

Las redes sociales como escaparate de nuestras mentiras

Por todo ello, Jorba insiste en que es importante saber qué tipo de relación tenemos con nuestras exparejas y saber tomar medidas para evitar que la herida vuelva a abrirse por culpa de una publicación que no deberías haber visto. “En esos casos lo mejor es cortar por lo sano todo contacto con la expareja. Eso incluye inevitablemente las redes sociales como Instagram, Facebook, etc. porque estas añaden el problema de que nos hacen compararnos con lo que la otra persona decide enseñar, es decir, no con lo que realmente es su vida. La mentira es una constante cuando elegimos mostrar nuestra vida en las redes sociales”, opina la sexóloga mientras recuerda que “una parte importante de ese bienestar y felicidad en las redes sociales no es real”.

La solución para la experta es simple. “Una de las primeras cosas que pido a las personas que vienen a consulta por una ruptura es que eliminen a su expareja de las redes sociales y que pidan a sus amigos que también lo hagan. Esto evita que te lleguen informaciones no deseadas por otras personas porque además a los amigos les encanta el morbo y comentar de lo que se van enterando. El chismorreo sobre las fotos de tu ex en las redes sociales puede ser un problema a la hora de superarlo”, insiste Jorba que también sugiere pactar con tus amistades que no te digan nada sobre tu ex ya que “tan negativo puede ser que te hagan sentir mal porque le ven con otra persona como que te hagan tener esperanzas de volver porque te dicen que se le ve muy solitario/a”. 

En este sentido, la sexóloga recuerda un caso reciente en su consulta: “El otro día tenía un chico que me decía que su expareja ponía las stories de Instagram para él cuando era ella la que lo había dejado. Y claro, se estaba volviendo loco. Con una ansiedad brutal y sin saber si debía decirle algo o qué hacer”. Por último, otro problema asociado a nuestra actividad en las redes sociales y nuestras relaciones con las exparejas es el de WhatsApp. “Para evitar problemas recomiendo bloquearle en WhatsApp porque, además, en situaciones de borrachera o de tristeza siempre es una tentación escribir a la expareja. Por lo tanto es una medida de protección muy necesaria para evitar escribir o recibir lo que no toca”.

Cortar por lo sano es una buena opción

Llegados a este punto, Jorba propone una opción más radical todavía: abandonar las redes sociales por completo. “Recientemente he tenido en consulta una chica que se ha salido por completo de las redes sociales por un tiempo porque sabe que le hacen daño. No ha cerrado sus cuentas pero no entra. De momento le va muy bien. Entiendo que cortar la relación a ese nivel cuesta y se hace muy duro, pero toca. Y, una vez que veamos que nuestra vida vuelve a tener sentido y la estabilidad que necesitábamos, es decir, que nos sentimos bien, es entonces cuando podemos replantearnos recuperar el contacto para ver cómo nos sentimos. Pero hasta entonces lo mejor es poner distancia y cortar el contacto”, comenta.

Pero si no quieres llegar a ese extremo y no has podido evitar encontrarte con ese stories que se te clava en el corazón o esa foto de WhatsApp que te parte el alma, la experta también propone una nueva estrategia. “Lo mejor será relativizar lo visto y analizar nuestra ira. Por ejemplo, si vemos que nuestra empareja está embarazada o va a ser papá, es normal que te impacte mucho y no puedas evitar compararte pero, si reflexionas, lo más probable es que luego pienses que a ti no te apetece tener un hijo y que estás bien como estás”, opina Jorba y añade: "Hay que centrarse en uno mismo, tener nuestro propio bienestar y objetivos. Igual estás muy bien solo/a y no tienes realmente motivos para sentir envidia por nadie, y menos por tu expareja y la ilusión que está mostrando en sus redes sociales”. 

Nadie es tuyo, no eres de nadie

Al final y como suele ocurrir en estos casos, todo dependerá de cómo te encuentres tú, de tu capacidad para reponerte ante una ruptura traumática y de ser un poco honesto/a contigo mismo/a. Porque, si no eres capaz de pasar página y alegrarte por la felicidad de tu ex, tampoco pasa nada. “A veces se acaba de una manera tan negativa que no pasa nada por no recuperar el contacto. De hecho, no podemos intentar naturalizarlo todo. Nos guste o no, siempre nos va a molestar que esté con otra persona por mucho que tú puedas estar en pareja y con hijos”, recuerda Jorba que, para finalizar, nos invita a reflexionar sobre la tendencia de ver a nuestras parejas como una propiedad: “desterrar el ‘ya no es mío/mía’ duele mucho y asumirlo al 100% cuesta mucho, pero es la clave para ser feliz”.