Stalkear a tu ex es una especie de terrorismo de la intimidad

Ese acoso, aunque sea cibernético, puede ser peor de lo que imaginamos ya que tiene su base en un problema demasiado común

Lo dejáis. Ha pasado ya un tiempo suficiente de problemas y choques como para seguir juntxs. Está claro que necesitáis separaros y seguir cada unx por su lado. No será fácil. Sobre todo si lleváis mucho tiempo. Pero bueno, ante este abismo hay algo que debe quedarte claro: todo se supera. Para salir adelante de una ruptura hay algunas fases que, en general, son experimentadas por todas las personas que transitan por esta vivencia. Más allá de lo que sea que tenga que hacer cada persona para seguir con su vida hay algo que suele repetirse durante este proceso y que no es muy sano: stalkear a esa persona que ya no está contigo. Si eres de lxs que lo hacen o lo ha hecho debes saber que hay un problema detrás de este comportamiento que puede ser bastante grave.

Aunque al principio puede parecer que se trata de algo como ‘sin más’ ir a mirar sus redes, comprobar sus estados, ver si cambió la foto… Realmente si explicamos el significado concreto de estas acciones el tema puede ponerse más serio porque stalkear es en realidad acechar de forma persistente, ya sea en persona o virtualmente, a alguien que ya no está en nuestra vida. Y puede ser aún más serio si adoptamos las palabras que se recogen en Psychology Today: “los perpetradores se obsesionan con pensar en sus víctimas. Este acto puede considerarse una forma de terrorismo íntimo que agota a las víctimas de los recursos mentales y emocionales, haciendo que las víctimas teman por su seguridad y, a veces, por su vida”.

Dentro del abanico de personas que pueden acosar, las ex parejas representan toda una categoría. Ahora bien quienes más tienden a tener este comportamiento son personas que se hayan encontrado dentro de una relación tóxica donde hubiera más celos o posesión. Esta búsqueda que practican las personas después de la ruptura está claramente vinculada a un problema de dependencia emocional y es aquí donde entra la base del stalkeo: quienes lo hacen son personas que se han acostumbrado a definir su autoestima a través de las relaciones que han ido construyendo. Esto hace que cuando la relación se termina la persona experimente una obsesión intensa en saber cómo es la vida de la ex pareja.

Para comprender este comportamiento los expertos se han hecho algunas preguntas: ¿qué piensan quienes stalkean? ¿Qué sienten? ¿Qué necesitan averiguar? ¿Cómo sucede que, después de una ruptura, algunas personas comienzan con este comportamiento de acoso? Esto parece estar respondido por una nueva investigación que sugiere que estas personas no solo tienen un pensamiento obsesivo, sino que además todos los miedos o las inseguridades se transforman de forma inmediata en una respuesta de acoso. Es como si se tratara de la medicina que necesita una persona que tiene una adicción para calmar su ansia.

“La relación es un sentimiento de conexión y pertenencia. Las personas son inherentemente impulsadas hacia la relación, lo que hace posible que los objetivos de la relación que no han funcionado puedan evocar un comportamiento muy negativo”, explican desde Psychology Today. Este tipo de comportamiento está relacionado con la fantasía, por ejemplo, imaginar que te dejarán, que te harán daño, que nunca vas a encontrar a alguien que te quiera… Todas estas imaginaciones pueden fomentar la posibilidad de acoso si es que llegan a suceder o a hacerse realidad.

El análisis llevado a cabo por la investigación sugiere que “tanto las necesidades de relación frustradas como las fantasías negativas son predictores distintos de pensamientos obsesivos, del tipo que subyace a los comportamientos de acoso. De hecho, proporcionan evidencia preliminar de que las personas que se sienten desconectadas tienen más probabilidades de participar en comportamientos de stalkeo”. Es cierto, asimismo, que este tipo de investigación no puede llevarse a un plano general pero sí nos sirve como recordatorio: debemos saber que las personas no nos pertenecen y que si buscamos el amor propio a través de los demás podríamos no encontrarlo.

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