Vivís un idilio y habéis tomado una decisión: pasar por primera vez las vacaciones de verano juntos. No podéis imaginar un plan mejor: dándoos la mano 24/7, teniendo sexo a cualquier hora del día y amaros sin pensar en nada más. Pero no tenéis ni idea de lo que se os viene. La prueba de fuego verdadera para ver si os aguantáis. No será solo cuestión de amor ni de destinos románticos, también de mucha paciencia.
Todo empieza cuando empezáis a decidir adónde ir. Pensáis que os conocéis, pero salir de vuestro entorno natural va a hacer que afloren diferencias con las que en el día a día no os habíais encontrado. Por ejemplo: ¿vais a hacer un viaje más de descanso y confort o más aventurero e improvisado? Este es un clásico desencuentro. Luego también hay diversidad de destinos y de presupuestos tenéis que hablar mucho de presupuesto. Lo mejor es poner todas las opciones sobre la mesa, lo que os apetezca a cada uno o lo que os podáis permitir. Además, si viajar os gusta, seguro que ya habéis hablado de viajes de ensueño, así que es la hora de materializarlos.
Ante la duda, elige un destino cómodo a uno difícil porque los pequeños problemas de logística se pueden volver contra ti. Quién ha reservado ese lugar tan asqueroso donde no se puede dormir porque el baño huele a cloaca, quién ha tomado la decisión de ir en ese bus incomodísimo hasta ese lugar horrendo o por qué decidimos comer en este sitio que nos ha dado diarrea. Ahórrate los problemas, al menos en el primer viaje. Si veis que os entendéis viajando, ya tendréis tiempo de ir dificultando las expediciones.
En un artículo en The Guardian, Elle Hunt hace otra recomendación: haz tu propia maleta y sé independiente no dependas de su pasta de dientes, su cargador de móvil o su crema de sol. Eso también te ahorrará problemas. Otra más: no te pases con las expectativas, así evitarás frustrarte y tendrás más oportunidades de llevarte una buena sorpresa. El lugar, mejor si es desconocido para los dos y, sobre todo, evita los destinos donde estuviste con tu ex. Así que manos a la obra. Pensad que el viaje empieza mucho antes de subiros al avión, así que la organización os puede hablar mucho de cómo irán las vacaciones.
Otra clave es tener alternativas a los malos momentos. Puede ser una buena idea llevar al menos un juego, como unas cartas, y al menos un libro. Así podréis tomaros un poco de tiempo y decidir cómo salir del paso. Cada vez hay y al menos un libro, aunque esté feliz con su pareja, pero esa no es siempre la única opción. Piensa que si organizáis bien las vacaciones y sabéis sobrellevar los imprevistos, estaréis allanando el camino hacia el futuro. Y si no os lleváis bien y acabáis rompiendo, siempre es mejor salir de dudas cuanto antes. Si no funcionáis, no funcionáis.