Por qué la rutina sí puede ser buena para tu relación

Siempre se dice que no es muy positivo caer en hábitos que generen costumbres porque esto podría hacernos perder la magia o la chispa pero estas prácticas pueden tener su lado bueno

El consejo por antonomasia de las relaciones sentimentales es que hay que alejarse de la rutina, apartarla, dejarla al margen, evitar las costumbres, cambiar los hábitos… Todo el movimiento nos llevará a que la ilusión siga a nuestro lado, que la llama siga encendida y que todo siempre se quede fresquito y sano. Quizás nos hemos puesto unos objetivos demasiado altos con esto de alejarnos tantísimo de las rutinas. A veces no es posible ignorarlas o quitarlas de nuestra vida porque el día a día el trabajo, los estudios, la salud… requiere de nuestra atención. Así que, ¿cómo pueden las costumbres hacernos bien a nuestra relación?

En primer lugar las rutinas, incluso las aburridas, brindan tranquilidad. Cuando tenemos, por ejemplo, mucho tiempo libre o nos vamos de vacaciones con nuestra pareja tendemos a pensar que ese espacio en un lugar diferente nos dará instantes únicos que serán saludables para el vínculo. Lo que pasa es que esto también genera cansancio. Es complicado, además, volver a tener buenos hábitos si tenemos demasiado tiempo libre, pueden perderse cosas que se han logrado. El objetivo dentro de una relación sería restablecer buenos y viejos hábitos y desarrollar algunos nuevos.

Como explican desde Psychology Today no solo ambas personas de la relación deban compartir rutinas sino que, por separado, también deben desarrollar costumbres propias. Es mejor con un ejemplo: si a ti te da paz cocinar cada día por la noche, lo ideal es que lo hagas. Cuando una persona está bien, está tranquila, está en calma, su interacción dentro de la relación será más positiva, podrá estar bien con la otra persona y podrá hacer frente a discusiones o momentos más tensos. Incluso sería posible servir de soporte y apoyo a la otra parte de la relación que puede haber tenido un mal día o estar pasando por una mala época. 

Si resulta que no tenemos rutinas ya conocidas podemos emplear nuestro tiempo en hacer tareas simples, ya que estas proporcionan un momento de meditación y ayudan a mantener los pies en la tierra. La situación actual tampoco puede obviarse: pasando más tiempo en casa o incluso teletrabajando debemos encontrar en el tiempo hogareño rutinas de ocio. Por ejemplo, marcar un día a la semana de cine y otro día de la semana hacer alguna receta de un país diferente. Se trata de marcar rutinas nuevas que pueden activar el lazo y sobre todo potenciar la creatividad.

Desde la web explican que “si estamos acostumbrados a trabajar con varias personas y ahora estamos solos, la sensación de aislamiento puede ser especialmente difícil. Si se convive con la pareja se trata de otro motivo para que estemos listxs, dispuestxs y que seamos capaces de llenar nuestros días con cosas que nos llenen tanto como sea posible”. Es importante desarrollar un sistema que alimente nuestras mentes y emociones y además podamos usar de forma positiva nuestro tiempo, para poder sacarle provecho.

Puede que al principio sean tan pequeñas las actividades o durante tan poco tiempo que no te parezcan gran cosa. Mientras estés generando energía positiva, no es una pérdida de tiempo, porque con esa ayuda que te das a ti mismx, también estás contribuyendo a que la relación vaya a mejor. Es importante mantener viva la conexión humana, sobre todo ahora que no sabesmos si volverán o no a confinarnos.