Cuando la ruptura no es por falta de amor sino por intereses diferentes

Terminar una relación cuando aún estáis enamoradxs puede ser muy doloroso porque podríais funcionar como pareja pero vuestros objetivos no son los mismos

No habías dado con una persona así en ninguna de tus relaciones anteriores. Os entendéis, te escucha, te apoya, te da cariño, hacéis planes y las relaciones sexuales son geniales. Todo es ideal, podéis compartir absolutamente todo tipo de cosas. Pasa el tiempo y ni siquiera la rutina mata vuestra ilusión y vuestras ganas. Ambxs empezáis a pensar en un futuro juntxs y es entonces cuando aparece el primer conflicto: unx de vosotrxs desea una cosa y otrx desea otra. En algún momento habíais hablado sobre vuestros objetivos y vuestros sueños pero en ningún momento pensasteis que esto fuera a ser siempre igual y, menos aún, que se tratara de algo inamovible. Tras un tiempo intentando encajar ambos deseos, os dais cuenta: no es posible continuar juntxs.

Ha ocurrido algo claro: la relación termina antes de sentir que ha terminado. Para algunas parejas no compartir un mismo objetivo es un obstáculo muy complicado de superar y toman la decisión de ir por caminos separados a pesar de que todavía continúan muy enamoradxs. En este punto de una relación es muy complicado tomar la decisión de romper. La experiencia de tener que vivir esto puede ser muy dolorosa porque cuando una pareja va bien todo en nuestro cuerpo es positivo: la adrenalina y la dopamina, entre otros inundan tu sistema y la felicidad aumenta. Tras una ruptura hay que dar un tiempo para que la química de tu cerebro vuelva al equilibrio.

En este proceso hay que aceptar algunas cosas que nos ayudarán a comprender qué nos pasa. Es muy importante saber que tras romper estás en una especie de duelo porque has perdido a un amor. Así que durante este proceso es normal sentir vértigo, insomnio o miedo, así como también tener anhelo y tristeza. Este último sentimiento ocurre por un motivo claro: la constante reflexión de lo que podría haber sido, de lo que podríais haber hecho juntxs. A su debido tiempo, te irás adaptando a la situación y se superará, porque está claro que si has escogido seguir en solitario es porque tenías claro que tu objetivo personal era más importante o al menos prioritario frente a tu relación amorosa.

La espera y el paso del tiempo harán que seas capaz de superar las circunstancias y que esa resiliencia fortalezca tu cuerpo y tu cerebro. Igualmente existen unas maneras muy claras y efectivas de llevar a cabo este proceso. Una de esas fórmulas es el movimiento, ya sea salir a dar un paseo o apuntarte a algún deporte, estar en la naturaleza, descansar el tiempo suficiente, comer comida saludable y, sobre todo, pasa tiempo con otras personas que te apoyen y te distraigan. Todos estos hábitos te irán encaminando a una estabilidad emocional.

Cuando sea el momento de volver a recordar la relación debes hacerlo desde la madurez, entendiendo que no existe una relación perfecta y que si vuestros caminos debían separarse sería por un buen motivo. Piensa en la relación a través del amor que aún sientes dentro y no con dolor. La idea equivocada de que no volverás a tener una relación de ese tipo irá desapareciendo de tu mente.