Cómo prevenir a tiempo todos esos pequeños detalles que arruinarán tu relación

Los errores más importantes de una relación suelen empezar a gestarse cuando comienza el amor y es importante prestarles atención

Cuando una relación llega a su fin, nos acostumbramos a buscar cuál es el origen de este final: dónde nos hemos equivocado, en qué cosas hemos metido la pata o cuáles fueron los motivos de que fallara esa conexión que tanto prometía. Antes de terminar, muchas parejas intentan arreglar lo que está roto o bien por sus propios medios o bien acudiendo a un terapeuta. Indagando en el pasado y en el recorrido del amor, muchos coinciden en que el núcleo de los conflictos se puede rastrear hasta los primeros días en que se conocieron, hasta las primeras citas. En el principio de una relación pueden tejerse los problemas que aparecerán en el futuro y, justo por eso, hay que prestar atención a esta etapa para poder evitarlos.

Existen algunos motivos que nos hacen no estar pendientes de los desacuerdos que aparecen al principio, al menos así lo explican desde Psychology Today. En primer lugar, cuando nos enamoramos —y estamos llenos de ilusión y ganas— es menos probable que nos molesten ciertos problemas. En segundo lugar, además, intentamos no plantear cuestiones que pensamos que causarán revuelo o contrariedad. Al principio es normal que queramos que la relación tenga éxito y que no prestemos atención a lo que nos molesta. Pero es mejor actuar a tiempo para evitar que más adelante salgan a la luz esas diferencias. No nos hemos dado cuenta de que, al inicio, es más sencillo buscarle solución a los conflictos, ya que a medida que pasa el tiempo la pareja se va haciendo más rígida.

Es importante reconocer —y aceptar— los aspectos que no nos gustan en lugar de evadirlos. Para poder llevar esto adelante debemos observarnos no solo a la pareja sino también a nosotros mismos y abordar los problemas con diálogo y calma. Esto quiere decir que, por ejemplo, si nos molesta que la pareja llegue tarde a la primera cita y luego también a la segunda y nuevamente a la tercera, debemos al menos preguntar los motivos. Eso sí, siempre de forma tranquila ya que de otra manera parecerá que estamos exigiendo e intentando cambiar la forma de ser del otro y eso es tóxico para una relación.

Ahora bien, la forma de reaccionar a las diferencias del inicio de una pareja debe estar al mismo nivel del conflicto. Esto quiere decir que si la persona que nos atrae es agresiva o pierde los papeles de manera exagerada ante una situación que os afecta a ambos habrá que comunicar que ese tipo de actitudes no van a tolerarse. De hecho, si es necesario, se puede decidir no volver a quedar con esta persona. Sin lugar a dudas esto evitará que, en el futuro, existan conflictos. Fijarnos en las formas de actuar y en el comportamiento de la persona a la que estamos conociendo nos hará reforzar las diferencias y generar una base un poco más estable.