La mejor manera de empezar una relación amorosa sana

Es cierto que no existe una manera escrita que valga para todas las personas de dar comienzo a una bonita historia de amor pero sí que es aconsejable hacerlo en esta vía concreta

¿En qué instante comienza una relación amorosa? ¿Cuándo se podría decir que es la fecha exacta? ¿Es cuando se pacta, cuando se habla de ello, cuando se da el primer beso? No hay respuesta correcta para ninguna de estas preguntas porque depende de cada persona y de cada relación. Ahora bien, como explican desde Psiloveyou, hay una forma de dar comienzo a una relación que es mejor que otras, sobre todo, por cómo se desarrolla a lo largo del tiempo y los efectos que tiene en la relación. Antes de hablar de cuál es la mejor manera, hay que hacer una clara diferencia entre lo que es el amor y el enamoramiento, ya son emociones que se sienten de una misma manera pero que no son lo mismo.

En primer lugar el enamoramiento es lo que nos atrae y nos seduce tras una sonrisa, una charla o un acercamiento. Esto puede o bien quedarse en su sitio o bien convertirse en semilla y evolucionar hasta llegar a lo que entendemos y se define como amor. Si existe suficiente compromiso, ilusión y madurez las relaciones que comienzan en enamoramiento se fortalecen y se crean con paciencia. En este punto puede ocurrir algo que no es del todo positivo: que se quede en un eterno “quizás” y que no se establezcan en nada. Pero ese es otro tema. La realidad es que la mejor manera de comenzar una relación sentimental es con mucho tiempo, de forma lenta y poco a poco, paso a paso.

Puede haberte ocurrido: puedes haber conocido a alguien en el trabajo o durante la etapa de estudios y que, desde una amistad con cierto deseo agregado, se haya convertido en una relación amorosa. Esto explica que muchas de las parejas que más duraderas son o que más suelen ocurrir son aquellas que suceden entre dos personas que son muy, muy amigas. Cuando hay una amistad fuerte se comparten rincones de intimidad que bien pueden darse dentro de una pareja. Así que hay parte de verdad en la clásica frase que dice que “el roce hace el cariño”. Los sentimientos que empiezan siendo pequeñitos pueden nutrirse y crecer.

“Cuando el enamoramiento se disipa, necesitas algo más profundo para mantener unida tu relación. Se trata de esa semilla que crece lentamente gracias a la paciencia y al compromiso”, explican desde la web. No hay que seguir una estructura y, en el caso de que existiera, no hay que seguirla con ansia y rapidez. No hay un tiempo establecido para ponerle nombre, eso es cierto. Cada persona decide cuál es la intensidad de esta lentitud que se nombra. Para algunas personas pueden ser meses, para otras quizás semanas e incluso hay quienes necesitan años de constancia. Justamente por esto es necesario no tener expectativas de lo que va a pasar.

La presión para hacer que algo funcione casi garantiza que quizás no lo haga. También hay otra clásica frase que puede encajar en este puzzle y es aquella que dice que “lo que mal empieza, mal acaba”. La libertad de fallar y de equivocarnos es liberadora, no sientes la obligación de impresionar y de ser ideal para la persona que te gusta. De esta manera te muestras más como eres, dejas que tus defectos atraviesen las paredes de tu persona. Cuando construyes una relación con lentitud puedes conocer no solo las mejores parte de la otra parte sino también aquellas que pueden ser tormentosas y que aparecerían de mal modo si la relación se establece con rapidez.