Hablar de tus problemas de pareja con tus amigos no es tan buena idea

Si hablas de tus problemas de pareja con tus amigos es posible que ellos acaben teniendo una mala imagen

Acabas de tener una de las peleas más grandes con tu pareja. Estás fatal. Te mueves entre la tristeza y el odio y tu oscilación te marea, no sabes cómo te debes sentir. De pronto, entra la culpa, luego se te va… ¿Ha sido tu culpa la pelea? ¿Ha sido culpa de tu pareja? Tú sientes que no tienes responsabilidad ninguna sobre lo que ha ocurrido, aunque la realidad es que si hay una pelea entre dos personas es porque ambas tienen participación en ella. Como no sabes qué hacer ni qué pensar acudes a tus amigxs. Les cuentas y compartes con ellxs lo que ha pasado y te miran horrorizadxs, la culpa que sientes disminuye. Poco a poco te relajas y sabes que ha llegado el momento de hablar pero, claro, tienes todos los consejos de tus amigxs ahí taladrándote y cuando te pones a intentar resolver el conflicto estas cosas salen a la luz. Quizás no haya sido buena idea hablar de la pelea de forma precipitada.

Realmente este solo es uno de los inconvenientes que tiene contarle absolutamente todos tus problemas con tu love a tus amigxs. Otro de los problemas es que, poco a poco, tu círculo cercano se va formando una idea de tu pareja que puede estar contaminada con tu perspectiva subjetiva. No es que tu perspectiva esté mal, es que es una sola y la versión de la historia cambia según quien la cuente. No es sencillo ofrecer una mirada objetiva de los conflictos pero quizás antes de contarles todo con pelos y señales y drama multiplicado por mil, deberías pararte para colocar cada cosa donde va y explicar qué ha ocurrido con calma.

Contar nuestros problemas

Como explican desde Psychology Today “hay poca investigación empírica que examine esta triangulación en las relaciones románticas. Sin embargo, hay estudios que investigan cómo compartir información con otras personas puede afectar a la relación de una pareja”. Uno de los estudios más conocidos que giran en torno a esto es el que se realizó con 71 parejas. Una serie de preguntas mostró a los investigadores que “la mayoría de los problemas románticos estaban asociados a un estrés elevado. Estas personas cuando hablaban con sus amigxs sobre el problema se estresaban aún más que hablando con la propia pareja”. Es posible que ante nuestro círculo cercano de amigxs no nos pongamos límites y con la pareja, pasado un rato de la discusión, nos mostremos algo más fríos y no tan emocionales. Nuestra mente está buscando la paz con esa persona.

Comunicación con la pareja

Todos los análisis llevan a una conclusión: es necesario fomentar la comunicación con la pareja. Es posible que tras una discusión fuerte necesitemos un momento de relajación, una pausa para pensar y ver en qué nos hemos equivocado o qué hemos sentido con la otra persona. A partir de ahí lo mejor es hablar y es hacerlo desde la asertividad, intentando comprender con empatía a la otra persona y a su versión de la historia. Así como nosotrxs necesitamos ser escuchadxs y comprendidxs, la otra persona también. Si seguimos compartiendo todo el dolor que nos provoca una pelea con nuestrxs amigxs, es posible que se formen una idea equivocada de la pareja. No es que debamos dejar de hablar de nuestra relación, es que tendríamos que intentar compartirlo desde un punto de vista neutro y no olvidar también hablar de lo bueno que vives con tu pareja.