Los errores que cometes en Tinder/Grindr para que todos los 'matchs' te salgan mal

No estudiar bien la persona antes de hacer match, hablar con varias personas a la vez o no darte un tiempo para desintoxicarte después de un fracaso amoroso, algunos de los principales problemas

En teoría, ligar en apps como Tinder suele seguir un patrón similar: os gustáis, empezáis conversación, quedáis, os pilláis, y surge la magia. Esto, claro está, en las relaciones más idílicas. Por experiencia propia, la realidad suele ser más bien que hacéis match, os decís cuatro tonterías y no volvéis a hablar. O, si llegáis hasta la cita, tomáis una cerveza, os veis un par de veces más y no volvéis a saber el uno del otro

Tras los primeros fracasos piensas que no has encontrado a las personas adecuadas. No acabas de entender por qué no ha surgido nada, pero piensas que solo es mala suerte. Después de unos meses de muchos fracasos amorosos en apps llega el momento en que todos nos preguntamos lo mismo: qué estamos haciendo mal.

Si te encuentras en esta situación, no te fustigues. La culpa no es tuya. No es por lo que eres, es por cómo entendemos las apps y el uso que les damos. En general. Si no has tenido buenas citas, o si de todas las conversaciones que has entablado no ha cuajado nada, no pienses “qué hay de malo en mí”, sino “qué hay de malo en cómo entiendo el dating online”. Como explica la sexóloga y terapeuta de parejas Núria Jorba, las apps “son maravillosas, el problema, lo nocivo, es cómo las usamos”.

Un mercado muy abastecido

Uno de los principales problemas de las apps es que nos hace creer que tenemos muchas opciones. “El hecho de poder escoger hace que no nos conformemos, creemos que podemos tener lo que queramos. Por lo tanto, ¿por qué quedarte con algo que no te acaba de convencer?”, dice Jorba. Pero con esto no se refiere a que debemos quedarnos con lo primero que venga, aunque no nos guste. Al contrario. “El problema es que al mínimo detalle, ya rechazamos”. Sin explorar alternativas, sin trabajar la diferencia. “Es tanta la oferta que las personas son solo un número desechable”, añade.

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Sobre esto también alerta Jorba: hemos perdido la “personalización”, es decir, “no tenemos en cuenta que la persona tiene sentimientos o emociones”. Es un avatar más en una app, no es nadie. Y como no es nadie, no intentamos conocer a esa persona solo queremos ver si satisface lo que buscamos. “Cuando tenemos una cita no vamos a conectar, sino a ver si entra en nuestros cánones o no”. Y si no lo hace, adiós. Siguiente. En las apps hay muchísimas personas más y podemos encontrar otras con rapidez, no tenemos que ‘perder el tiempo’ trabajándonos una relación.

Carme Sánchez Martín, codirectora del Carme Sánchez Martín, coincide. “Estamos acostumbrados a tener relaciones líquidas. Vivimos en una sociedad de consumo rápido y así consumimos las relaciones”. Añade que encontrar una pareja que satisfaga las necesidades del momento no es fácil y que para eso mismo debemos tener claro algo primordial: qué estamos buscando.

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Para Jorba es el punto de partida del dating online, saber qué se busca. Dependiendo de lo que queramos, actuaremos de una forma u otra. Para un ligue de una noche no hace falta ser muy cuidadoso, pero para encontrar algo más sincero debemos trabajárnoslo. Añade Sánchez Martín que un foco de frustraciones es pensar que todo el mundo buscará lo mismo que nosotros, “hay personas que solo quieren pasar el rato, o que están casados y que solo quieren jugar un poco a seducir y luego cortan de golpe”. Por eso, si se acaba rápido una conversación y alguien nos deja sin respuesta, no debemos pensar que hay algún problema con nosotros. Hay en juego muchos factores.

Los amores, uno a uno

Cuando buscamos algo más serio, otro de los problemas que relata Jorba es que si muchísimas veces una conversación no llega a nada es que no hacemos un filtraje correcto. Tenemos que seleccionar a quién hablamos tranquilamente y con reflexión, observando sus fotos y su descripción. No debemos hacerlo aburridos en el metro o en el baño yendo de vientre como si fuera un juego para pasar el rato. Tenemos que dedicarle un tiempo.

Para Jorba, otro de los aspectos más relevantes que poca gente cumple es que si queremos construir algo sincero y duradero tenemos que apostar por una sola persona. “Hablando con más de uno desvirtúas la persona”, la ves solo como una opción, como una posibilidad más. No es un interés amoroso real. Centrándonos solo en una persona podemos conocerla bien, descubrir qué nos aporta, si echamos de menos hablarle, si nos gusta quién es. Si hablamos con muchas, llenamos los vacíos con varias personas y no acabamos de conocer los sentimientos que nos despiertan indivualmente.

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Es muy fácil quemarse no utilizando bien las apps. Hay muchas personas que quedan para rellenar espacios en sus agendas, y eso es un error. Solo debemos quedar cuando la persona realmente nos despierte ilusión, quedar por miedo a estar solos no es un buen plan, porque probablemente la cita no nos llenará y nos acabará trayendo frustración.

Un ciclo de frustración y decepción

En este sentido, encadenar citas es otro de los problemas típicos. Quedar inmediatamente con otras personas justo después de una cita fracasada crea un círculo de expectativa-frustración, de constantes altibajos, de ilusionarse y decepcionarse, que nos puede acabar quemando. “Acumular frustraciones te vuelve receloso, te baja la autoestima, te hace cuestionarte a ti mismo, te hace pensar que no conocerás a nadie —por lo cual bajas el listón, y eso no ayuda—, y te sumerge en un bucle de negatividad”, explica Jorba.

Después de cada desengaño amoroso toca volver al principio. Volver a replantearte qué buscas, volver a pensar bien a quién haces match, volver a tejer una conversación y volver a encontrar alguien con quien tengas complicidad. Tienes que darte tiempo a desintoxicarte de la desilusión.

No todo depende de ti

Todos estos consejos son para no acabar tan quemados que queramos eliminarnos las apps porque no encontramos nadie que quiera querernos, una reacción muy común a los desengaños amorosos. Son para que pensemos cómo utilizamos las herramientas y cómo afrontamos las citas. ¿Estamos conectando realmente? ¿Estamos molestándonos en averiguar quién hay detrás de esa foto?

Pero aunque nos tomemos todas las molestias de hacerlo bien, como apunta Jorba, no siempre conseguiremos el éxito. Estas malas y tóxicas prácticas son muy comunes en el dating. Quizá tú estás esforzándote mucho en alguien pero esa persona está conociendo a tres más, y al final se decanta por otra. En ese caso, ten la conciencia tranquila. Tú has hecho lo que has podido, has seguido los pasos para asegurarte una conexión real y no podrías haberlo hecho con más cuidado. Otra vez será. Como concluye Jorba, “haciéndolo bien, acabaremos encontrando lo que buscamos”.