Descubre cómo es realmente tu pareja por su forma de discutir

Todas las parejas se pelean, no es posible estar completamente de acuerdo con alguien, por mucho que os una la pasión y un amor incondicional y potente, lo más normal es que en algún momento entréis en conflicto. Es sano que haya posturas diferentes, de esta manera es posible aprender y crecer, no solo por lo que esa persona pueda darte sino porque tú también aprendes a entender tus propios pensamientos y opiniones y a ponerlos en valor. Es más, las peleas os ayudarán a madurar, sobre todo cuando aprendáis de qué manera es posible llegar a una resolución.

Ahora bien, las parejas en sus principios no suelen discutir pero siempre llega esa primera pelea. Es en este momento y en los siguientes cuando puedes descubrir quién es esa persona por la forma que tiene en desarrollar el conflicto. Así que lo importante no es si discutís o no, lo importante es cómo discutís y qué sucede entre una y otra pelea.

Debido a que somos personas muy diferentes, existen muchísimas maneras de responder a los conflictos. Esto saca a la luz quiénes somos y cómo nos relacionamos. A continuación explicaremos algunas formas de pelear que no son sanas y a las que hay que prestar atención. A través de ellas puedes ver gran parte de la personalidad de quien tienes al lado.

Esto es bastante común. Si ves que utiliza el problema que estáis teniendo para sacar a la luz algo del pasado ya sabes que tienes delante a una persona rencorosa. Este tipo de conflictos harán que escarbéis una y otra vez en una herida que no se ha cerrado. Esa persona, además, está demostrando que no tiene argumentos de peso en ese mismo instante para resolver lo que está ocurriendo en el presente o, que si los tiene, no es capaz de explicarlos o de ponerlos sobre la mesa. Lo ideal es no pasar por el aro y no permitirle que saque cosas del pasado.

Esto es coloquialmente conocido como hacer una montaña con un granito de arena. Esto también puede ser común pero muy problemático porque está demostrando que la persona pierde la perspectiva de lo que ha ocurrido o que es muy sensible ante cualquier pequeño conflicto. En este punto es necesario, antes de hacer un drama, hablar con la persona, intentar que entienda que el problema no es tan grande como parece y que es mejor tomar una pausa y mirarlo todo con calma. Si se convierte en una actitud constante entonces será algo que acabará desgastando la relación porque, en parte se demuestra, que ante cualquier desajuste esa persona saltará.

Hay quienes cuando pelean no tienen argumentos o la ira los lleva a herir. Tú conoces a tu pareja y, por tanto, también conoces sus debilidades pero si utilizas este conocimiento para atacar durante un conflicto, hay cierta maldad en el acto. Quien pelea de esta manera es mezquinx y busca destruir a la persona. Hay que alejarse en el acto, sobre todo si es algo que es constante. Es cierto que el enfado nos puede llevar a decir cosas que realmente no pensamos pero está en nosotrxs el control. Por ello lo ideal es que si hay un problema intentéis resolverlo con calma y no con los impulsos naturales.

Culpar a la otra persona es muy común. Hay varias peleas que empiezan porque una de las dos personas ha tenido un mal día, con lo cual cualquier mínimo inconveniente será motivo de explosión. Nuestros entornos más íntimos se ven erosionados solamente porque el día no ha ido bien y es por ello que no debemos llevarnos los problemas a casa. Obviamente que la pareja está ahí para escucharnos y para que podamos filtrar nuestras vivencias pero debemos hacerlo con tranquilidad para impedir que eso externo se convierta en un problema para la relación. Si a tu pareja le pasa esto debes comunicarte e intentar que entienda que sus problemas personales acabarán desgastando el vínculo.