Cómo decirle a tu pareja lo que te gusta en la cama

Habéis compartido con nosotrxs los motivos por los cuales no os veis capaces de decir qué os genera placer a la hora de practicar sexo, aquí hay algunas soluciones con las que puedes empezar

Te está tocando y no te gusta nada. No es que te moleste pero no te genera placer. Te quedas calladx. No dices nada porque o bien no sabes cómo hacerlo o no quieres que la otra persona se lo tome mal. El resultado de este silencio es una relación sexual no satisfactoria. ¿Otra más? No debería serlo. Disfrutar del placer es esencial para tener una vida sexual sana. Cuando consigues comunicarte de forma asertiva con alguien con quien compartes intimidad no solo crece la confianza sino que la experiencia sexual se amplía llegando a tocar horizontes que no creías que podías alcanzar con tu cuerpo y con lo que sientes. 

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Nadie nació aprendiendo a masturbar o a tener sexo con alguien en concreto. Es más, puedes tener muchísima experiencia y que, al estar con una persona nueva, nada de lo que hayas aprendido funcione. ¿El motivo? Cada persona es diferente y hay que ir adaptándose y conociendo qué es lo que le hace disfrutar. No quiere decir que hayas desaprendido o que lo que sabes hacer ‘ya no se lleve’. No, cada cuerpo se excita con recorridos diferentes. Hace unos días preguntamos a través de nuestro perfil de Instagram cuáles eran los motivos por los que no podemos decir lo que nos gusta que nos hagan en la cama. Las respuestas fueron muy variadas y hemos agrupado las más frecuentes en cuatro grupos a los que les vamos a dar una respuesta junto con Lydia Parrilla, psicóloga y sexóloga en Duplapsicología.

1. No me atrevo a hablar, me da vergüenza.

Esta es una de las respuestas más comunes y, por tanto, uno de los principales motivos por los cuales alguien no puede comunicarse durante el sexo. Esto es más que normal, a todxs nos ha pasado alguna vez, sobre todo al principio, en el momento en que estás empezando a adentrarte en la vida sexual de forma más activa. Hay formas de hacer frente a esta timidez. Es más, Lydia Parrilla lo explica de la siguiente manera: "mi pregunta a esto seria... ¿qué es lo que te da vergüenza? Es cierto que, durante las relaciones sexuales, nos sentimos expuestos ante la otra persona, pero hay que recordar que ambos nos encontramos en la misma situación y que si esa situación ha llegado a darse es por algo". Ahora bien, ¿cómo podemos aprender a comunicarnos sexualmente? La experta da unos consejos para ello:

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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• En primer lugar, cuanto más directa sea la forma de comunicarnos, mejor. Eso sí: siempre sin atacar a la otra persona ni incomodarla. Lo que hay que hacer es hablar desde el 'yo', es lo más recomendable para evitar situaciones incómodas. Por ejemplo: 'a mí me gustaría hacer tal, o, me siento más cómodx si no hacemos esto o si hacemos esto otro'. Sabemos, aún así, que comunicarnos de la manera adecuada en algunos casos no es sencillo, por lo que os damos algunas estrategias no verbales para comenzar a coger confianza.

• Coge la mano de tu pareja y guíala por el mapa de tu cuerpo. Enséñale dónde y cómo te gusta que te estimulen.

• Jugar a masturbaros, uno delante del otro, es divertido, excitante, y la vez vemos cómo se estimula nuestra pareja para poder reproducirlo.

• Usa la mirada y los gestos, pueden ser nuestros grandes aliados.

• Y por supuesto, la voz. Si aún no te eres capaz de expresarlo con palabras no te preocupes, ayúdate de los gemidos. Los gemidos en el sexo podrían ser un equivalente a jugar al frio o caliente. Seguramente, si lo hace como te gusta tus gemidos aumentarán.

2. No sé que me gusta en la cama. 

Cuando no estamos conectadxs con nosotrxs mismxs, es un poco más complicado llegar al punto del placer. Disfrutar sexualmente requiere cierta conexión propia. Ese primer vínculo nos permitirá establecer otros cuando entremos en un plano de mayor intimidad con otra persona. La experta explica que "esta situación es mucho más común de lo que se puede imaginar. Pero está claro que, si no sabemos qué nos gusta, no lo podremos compartir por mucho que queramos" y detalla: "la otra persona no nació enseñada, y mucho menos, es adivina. Por lo que, en este caso, mi recomendación principal es la autoexploración".

"El primer paso y el más importante es conocer cómo es nuestro cuerpo, cómo funciona y cómo siente. Interesaros por vuestro cuerpo, observarlo, explorarlo… Lee sobre él, pregunta a algún profesional tus dudas, apúntate a talleres de autoconocimiento… Hay un gran abanico de posibilidades por las que comenzar. Eso sí, si tu primera idea ha sido buscar respuestas en Internet, asegúrate de que la fuente sea de confianza, y recuerda: la pornografía no es educación sexual", apunta Lydia Parrilla.

3. Creo que es egoísta pedirle lo que me gusta 

En el sexo todo es intercambio: hay que prestar atención a la otra persona y que esa atención luego vuelva a ti. Como si fuera un baile en el que los cuerpos forman un vínculo equilibrado. Es más, Lydia Parrilla explica que "no se trata de imponer, se trata de dialogar y de expresar lo que nos gusta". Además, hay una pregunta que puedes hacerte y que quizás te aclare un poco más las cosas: "¿te has parado a pensar que aquello que te gusta y no le expones a tu pareja pueda ser algo que le excite y que nunca se atrevió a contarte?", apunta la experta. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

La zona de placer no parece ser el punto en el que estás tocando. Prueba otra vez. Foto de @cecile_hoodie

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"La comunicación es la base de todo, y con ella podemos descubrir cosas que ni imaginábamos. Si en algún caso aquello que le expones no es de su agrado, bastará con que te lo exprese de igual manera. Sencillo, ¿verdad?". Nadie debe sentirse ofendido ni pensar que lo que estaba haciendo antes estaba mal. Hay que ir aprendiendo poco a poco a expresarnos porque cuando lo hagamos y vayan cambiando las fórmulas el placer se ampliará y tendréis, incluso, la confianza necesaria para llevar a cabo fantasías. Todo ventajas.

4. Prefiero fingir que pedir

"¿De verdad prefieres fingir y no disfrutar, a pedir y sentir cosas que nunca habías llegado a pensar? Fingir siempre fue un error. Si fingimos en nuestras relaciones nunca serán placenteras, ya que estamos reforzando positivamente algo que no deseamos, que no nos gusta. Esa persona con la que compartes la intimidad, siempre pensará que disfrutas de ese modo, por lo que seguirá repitiendo el mismo patrón. ¿Realmente quieres renunciar a tu placer?". Así lo explica la experta. Directamente. Fingir no es la solución, lo único que estarás haciendo es dejar el placer al azar y experimentar el sexo sin disfrutarlo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Prueba, ve haciéndolo poco a poco. Es muy importante saber que hay que dejar de ver nuestra sexualidad como un tabú, este es el primer paso. Es algo tan natural como comer o ir al baño. Además es necesario saber que no siempre tenemos que tener ganas de sexo, quizás has cedido en ocasiones porque a tu pareja le apetecía pero tienes que pararte a pensar: ¿me apetece a mí? Si es que no, no pasa nada por decirlo. El deseo va cambiando y el hecho de que un día no te apetezca no significa que no desees a tu pareja.

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