La comunicación minimalista te ayudará a hablar menos y sentir más

Estamos constantemente luchando con nuevas formas de comunicación, mucha experiencia y la posibilidad de tener varias identidades diferentes debido a las redes sociales

¿Qué pone tu biografía de Instagram? ¿Y la de Twitter? ¿Qué estado tienes en WhatsApp? ¿Qué has contado hoy en tus stories? Estamos constantemente hablando de nuestra vida, de lo que hacemos, de dónde lo hacemos y de cómo. Los canales para dar información propia y para compartir nuestros sentimientos y pensamientos son miles. A veces la hacemos en público pero también hablamos constantemente con familiares, amigxs o la persona que nos gusta. Pero de tanto que hablamos, estamos poniendo en riesgo los encuentros reales con estas personas y dejarlos sin tema de conversación o incluso puedes haber sido tan elocuente por mensaje que no sepas cómo actuar en la vida real. Es aquí cuando entra la comunicación minimalista.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Como cuentan desde Psychology Today, esta nueva tendencia consiste en reducir la comunicación a distancia a su esencia: eliminar la complejidad, las metáforas, los detalles y la precisión y destacar lo que sentimos. Según explican, actualmente, nos comunicamos como nos comunicamos por ese miedo a mostrarnos tal y como somos, para ocultar nuestras vulnerabilidades. La comunicación minimalista no solo busca dejar a la vista los sentimientos reales y poder ir al grano, también quiere aportar simplicidad a nuestras relaciones. Menos espacio para la confusión y, por lo tanto, menos motivos de ansiedad o preocupación.

Para que la comunicación minimalista tenga sentido hay que dejar de lado los móviles o al menos dejar de cultivar un intercambio excesivo de frases que, al final, no tienen ningún contenido profundo. Usa el móvil para tener conversaciones directas y para lo que lo necesitas: para quedar. Si por algún motivo empiezas a hablar de un tema serio, lo ideal es frenarlo para hablarlo en persona aunque las ansias te abrumen y la curiosidad te desespere. En Psychology Today recalcan que "aunque nuestros sentimientos o intuiciones puedan desviarnos alguna vez, por lo general no mienten y por ello debemos escucharlos". Las conversaciones, en la actualidad, prestan poca atención a lo que sentimos en primera instancia y se disfrazan continuamente de lo que creemos que debemos decir o de intentar no mostrar en exceso cómo son nuestras emociones.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Dejamos esto aquí para quien necesite saberlo. Fotos de @thefemalewarhol

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Impulsados ​​por esta iniciativa de la comunicación minimalista, el dúo de artistas Diogo Teixeira y Dijana Galijasevic crearon una instalación llamada Heartbeat que invita a dos personas a escuchar los latidos de los demás en un entorno casi privado. El sonido se amplifica por micrófonos altamente sensibles que buscan que la instalación establezca un vínculo sensorial entre dos extraños al evitar cualquier barrera retórica. Esta instalación muestra que, según en qué entorno y afinando la atención, podría ser posible entendernos solo mediante las señales sin el ruido que genera la cantidad desmedida de información.

Con la charla constante a través de redes sociales y con cada una de nuestras palabras grabadas y potencialmente compartidas por todos estos canales, no sería de extrañar que, a la larga, nos volvamos más reservadosLas palabras son regalos pero también armas. Usarlas demasiado puede hacer daño y limitar su eficiencia. Para no desperdiciar todo tu potencial a través de las redes, sería mejor guardar la mayoría de las palabras para ti y decidir cuándo es mejor compartirlas.