Quién esté libre de defecto que lance el primer meme. E internet quedó prácticamente vacío. Porque seamos sinceros con nosotrxs mismxs: estamos colmadxs de características, actitudes y comportamientos que nos avergüenzan. En lo más profundo, incluso aunque tratemos de convencernos de lo contrario, sentimos que si nuestra pareja pudiera ver todas esas cosas a plena luz del día, sin disfraces, sin distracciones, desde una frontalidad desnuda, sentiría rechazo hacia nuestra persona y, algún día, más tarde o temprano, se iría a otra parte en búsqueda de alguien menos defectuoso. Por esa razón las escondemos celosamente.
Pero para Assael Romanelli, terapeuta especializado en relaciones románticas, esto supone un grave error. Y por múltiples razones distintas. La primera de ellas, según asegura en un artículo para el medio Psychology Today, es que entramos en un estado permanente de reacción y temor. Hasta tal punto que corremos el riesgo de desarrollar un síndrome del impostor dentro de nuestras relaciones. La segunda es que nos censuramos. La tercera de ellas es que, "dado que cada vez hay más temas tabú", se resienten la pasión, el entusiasmo y la profundidad en la relación. Perdemos espontaneidad y chispa. Matamos la autenticidad.
Son motivos suficientes para plantearse un cambio de actitud frente a los defectos. Y, aunque puedas sentir que no estás capacitadx para ello, Romanelli explica que ha visto "a docenas de parejas en la clínica pasar de enemigos o de extraños a aliados y parejas responsables". No es una utopía. Aunque suponga contrariar tus impulsos innatos de esconder tus defectos de la persona que amas, "eventualmente se convertirá en una experiencia positiva y liberadora. Después de todo, ¿de verdad quieres pasarte toda la vida escondiéndote, camuflando e interpretando un papel? Es completamente agotador. Existe un camino alternativo.
Y comienza, tal y como sostiene Romanelli, con una sencilla acción: compartir una publicación como esta con tu pareja. Es fundamental que comprendas lo que has estado viviendo, así como tu compromiso para salir de ello y avanzar hacia una actitud más saludable. Si estás con la persona adecuada, lo entenderá y mostrará todo su apoyo. A continuación, agrega el experto, reflexiona sobre tus sombras. ¿De verdad son para tanto como sueles creer? ¿En serio piensas que tu pareja no tiene la más remota idea de ellas? Haz una lista de los defectos que penalizas en ti y compártela progresivamente con tu pareja. Involúcrala en el proceso.
Porque en muchas ocasiones los defectos que intentamos ocultar con más fuerza son aquellos que sentimos que nuestra pareja condena más firmemente. Y quizá estemos equivocados. O quizá no, e hicieras bastantes reproches hace tiempo que quedaron marcados en nuestra psique. Es hora de ponerlo sobre la mesa, hablar de ello y aprender. En este sentido, añade Romanelli, "la próxima vez que tu pareja te llame la atención, date un par de momentos para que ese comentario entre en tu cuerpo y veas si hay algo de verdad en él". Por último, cuando tu pareja confiese un error, agradécele la admisión. Es un trabajo bilateral.