Cómo rechazar a alguien sin herir sus sentimientos

Decir que no es más que aceptable, en algunas circunstancias hace falta decirlo con firmeza pero en otras no es necesario hacerlo con negatividad e incomodidad

Hay una serie de sentimientos y emociones que se activan y se desactivan cuando recibimos una propuesta o hacemos una. No tiene por qué tener relación con algo sentimental, puede tratarse de un plan entre familiares o amigxs. Tanto desde la perspectiva de quien inicia una propuesta así como desde la perspectiva de quien la rechaza hay una serie de “sentimientos complejos y motivos en competencia en ambos lados de esa interacción”, así lo explica un estudio publicado en Psyhology Today. Aún así, la investigación sugiere que es posible realizar un rechazo suave para que esta interacción no sea incómoda, desagradable o que lleve a la ruptura de ciertos vínculos.

Uno de los principales hallazgos de esta investigación fue que, en su mayoría, las personas que experimentaban rechazo se enfocaban en reponer y alimentar su autoestima. Pero no solo se habla de qué sienten quienes son rechazadxs sino también de qué sienten quienes rechazan. “Por un lado estas personas se preocupan en evitar herir los sentimientos de quienes les hacen una propuesta y a la vez en reducir su propio sentido de culpa”, detalla el estudio. Si realmente se desea no herir los sentimientos de la persona y ‘proteger’ su autoestima aunque esto es un trabajo más bien propio se puede hacer de varias maneras mejores que, a su vez, harán que la persona que rechaza no se sienta culpable y pueda decir que no con mayor comodidad. Aquí las compartimos.

Un rechazo explícito

Esta es una de las fórmulas y no tiene por qué ser expresada de forma dura. Se trata de responder con claridad en el que puedes incluso dar las gracias por la invitación. Esta forma evita algo que puede generar problemas: la confusión. Si dices que no porque no quieres, estarás dejando claro que no hay espacio para que la otra persona insista.

Respeto positivo

Esta fórmula es como la anterior pero añadiendo un aprecio al principio de la respuesta, de manera positiva y respetuosa. Algunos ejemplos pueden ser: “gracias por pensar en mí” o “aprecio la invitación”. Esto hace que la otra persona se sienta respetada y sus sentimientos no acaben heridos.

Alternativas factibles

Depende de la persona que te haga la invitación, quizás tengas que volver a verla en el futuro. Esto sucede cuando se trata de amigxs, compañerxs de trabajo o familiares y pueden haberte invitado a una cena o a una fiesta y no quieres ir. En este tipo de situación puede ser útil proponer otro plan u otro día. En estos casos el rechazo puede ser menos hiriente porque suele ser un grupo de gente y no una única persona.

No pidas perdón

Quienes piden disculpas reconocen que hay algo que han hecho mal y rechazar una invitación no es algo malo. Obviamente esto sale de forma natural porque no quieres que la otra persona se sienta mal pero realmente es innecesario que pidas perdón. Si te disculpas puedes estar dando un mensaje confuso, así que lo mejor es no caer en esta reacción.

Respuesta e invitación

Es importante tener este último punto muy en cuenta y es más fácil entenderlo con un ejemplo. Imagina que estás en el metro y se acerca una persona desconocida para invitarte a un café, si no la conoces quizás esto te resulte fuera de lugar, por lo tanto tu respuesta debe coincidir con la pregunta: debe ser clara, directa y breve. Si se trata de alguien que conoces y que se ve que ha pensado bastante en hacerte una invitación a lo que sea, la respuesta de tu parte también debe coincidir.