Si no cuidas ni de tus propias emociones imagínate cuidar de tu pareja

Casi a la misma altura que el abuso emocional, el descuido emocional puede dañar una relación hasta romperla, por eso es esencial que lo detectes tanto en ti como en la otra persona

Cuando estás en una relación construyes un equilibrio. Ambas partes dan lo que la otra persona necesita, entregan un amor y un cuidado que posibilitan que cada unx se sienta cómodx, segurx y queridx dentro de un mismo vínculo. Eso que cada persona es capaz de entregar ocurre por un motivo: también lo lleva dentro. La construcción emocional propia que engloba lo que es autoestima, seguridad y confianza en unx mismx, es necesaria para entablar relaciones fuertes, sean sentimentales o no. Si vives en una inestabilidad emocional constante es posible que tengas descuidos emocionales, tanto para tu propia persona como hacia la pareja y esto podría ser una de las causas por las cuales una relación termina. Y no de buenas maneras, precisamente.

El descuido emocional no solo puede afectar a tu pareja, tu también puedes ser víctima. Pongamos un ejemplo: estás en una relación que consideras fuerte y de confianza, tu autoestima está a tope y te sientes bien contigo mismx. Poco a poco empiezas a no encontrarte muy bien en tu relación, algo falla, no te sientes queridx, no sientes ese cariño necesario de una persona que —al fin y al cabo— es tu compañerx. Estás sufriendo lo que se llama un descuido emocional. La otra persona, quizás, está excesivamente preocupada por otras cosas y ha ‘olvidado’ dedicar el tiempo a que la relación siga bien enlazada. Porque por si lo sabías, el cuidado emocional tanto propio como hacia la otra persona es muy necesario para permanecer unidos.

Para entender cuál es el eje central del descuido emocional lo ideal es atender a la descripción concisa que hacen a través de Psychology Today: “este descuido implica omisiones negligentes, es decir, la persona omite hacer cosas que tienden a promover el bienestar emocional”. Es cierto, también, que uno no debe dar ese bienestar por obligación, simplemente se trata de algo que funciona como ingrediente dentro de lo que es un vínculo de confianza y que tiene intención de durar bastante tiempo. Para valorar si realmente la otra persona no te está dando lo que necesitas o si tú estás descuidando tus emociones y no puedes entregar ese cariño hay que fijarse en qué quiere cada unx y qué habéis ‘pactado’ en la relación. 

Si estás, por ejemplo, pasando por un momento duro ya sea por trabajo, por problemas familiares o porque estás enfrentándote a algo nuevo, estamos hablando de una serie de condiciones que incluyen claramente que es necesario que exista apoyo emocional, como proporcionar afecto y comprensión según corresponda. Esto es así porque el objetivo de una relación es proporcionar un marco para compartir las experiencias de la vida, tanto positivas como negativas, y recibir comprensión mutua, cuidado e intimidad. Si tus emociones están inestables no podrás proporcionar ese bienestar, por ello es necesario también un proceso de introspección para ver qué te pasa ahí adentro, poder resolverlo y entregar un cariño sin fisuras.

El cuidado emocional implica varias partes de nosotrxs. Se puede dar de forma física, con intercambios de afecto como besos o abrazos. Se puede dar, también, en el lado del comportamiento, con acciones como pasar tiempo juntxs, con conversaciones o actividades y también se da de una formas más cognitiva, lo cual implica cosas tales como saber escuchar, tener paciencia, empatizar… Este cuidado sería una fusión de todos estos aspectos y en ello hay un punto importante: eso que eres capaz de dar a esa persona también tienes que saber otorgártelo a ti.

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