Por qué dormir mal afecta a tus relaciones según los científicos

Nuestro organismo se vuelve mucho menos eficiente a la hora de afrontar eventos y emociones de pareja

Dormir podría ser lo que nos hace humanos. Según explica el neurólogo Christopher Winter en la revista estadounidense Time, durante el proceso onírico nuestro cuerpo entra en modo supervivencia al más puro estilo animal: limita toda su energía al desarrollo de las funciones vitales. El resto, como gestionar emociones o mantener conversaciones profundas, quedan medio aletargadas en un segundo plano. Es por eso que dormir mal puede afectar a tus relaciones de maneras muy poco alentadoras. En concreto, y según el propio Time, de estas tres maneras distintas:

Emociones descontroladas

Cuenta el neurólogo y autor del libro The Sleep Solution, que la privación de sueño afecta al funcionamiento de la amígdala. Si esta libera menos neurotransmisores de la cuenta, hace que nos cueste más trabajo percibir las emociones de nuestra pareja. Y si libera más de la cuenta, podría provocar que reaccionemos de forma exagerada ante los estímulos. En palabras del propio experto, “los pequeños problemas parecen más grandes” y hay “más probabilidades de sentirse tristes, deprimidos o ansiosos”.

Enfermedad y cansancio

No descansar adecuadamente como norma, y no como algo puntual, te deja hecho un harapo. Tus defensas bajan y eres un blanco mucho más vulnerable para todo tipo de enfermedades. Esto, junto a la desmotivación por salir de casa y hacer cosas que trae consigo el cansacio, puede hacer que acabes encerrado entre cuatro paredes mucho más tiempo del que deberías. Esta falta de vida social, según la psicóloga y especialista en sueño Jennifer L. Martin, “puede tener un impacto negativo en las relaciones”.

Sueños no sincronizados

Tener horarios vitales muy dispares dificulta las relaciones. Que si me acuesto cuando tú estás preparándote para ir al trabajo o que si estoy cansada cuando tú estás a tope de energía. Por eso Winter insiste en la necesidad de gestionar bien el tiempo. Aunque, eso sí, insiste todavía más en la necesidad de respetar el descanso del otro, concentrándonos en pasar tiempo de calidad: “Las parejas sienten que pueden pedirle a su compañero que pierda descanso para pasar tiempo juntos. Pero una conversación de 30 minutos es más importante para mantener una relación saludable que ver dos horas de Netflix", dice.