Por qué eres capaz de amar y odiar hasta el extremo a la misma persona

La ciencia afirma que odiar a alguien que amas es un mecanismo de autoprotección

Mensaje para despistados y novatos del mundo sentimental: amar y odiar a alguien al mismo tiempo es absolutamente compatible. Quienes nunca hayan vivido esa contradicción emocional pueden hacerle caso a la investigadora neurocientífica Berit Brogaard, de la Universidad de Miami, que confirma en un artículo para Psychology Today que, aunque parezcan polos opuestos, amor y odio pueden convivir. Porque, según Brogaard, amar implica querer lo mejor para la otra persona, sí, pero no todo el tiempo. No somos perfectos, y ese 'querer lo mejor' se esconde temporalmente cuando nos hacen daño.

O cuando sentimos que podrían hacernos daño. Las relaciones están fundamentadas en una característica elemental del ser humano: la confianza. Con el paso del tiempo vamos abriéndonos más a la otra persona, derribando nuestra barreras recelosas iniciales y exponiéndonos poquito a poco hasta terminar siendo bastante vulnerables. Miedos, inseguridades, esperanzas. Acabamos cediendo parte de nuestra seguridad emocional. Acabamos, parcialmente, en manos ajenas. En palabras de Brogaard, especialista en emociones y consciencia, “confiar en otra persona es un negocio arriesgado”.

Y ahí parece encontrarse el origen del odio en las relaciones de amor. Como señala Brogaard, basándose en las investigaciones del psicólogo estadounidense Jerrold Lee Shapito en su ensayo Odiamos lo que tememos, “cuanta mayor es nuestra vulnerabilidad, más probabilidades tenemos de odiar a la persona que tememos que nos pueda lastimar”. Estamos expuestos. Desnudos. Con los ojos cerrados. Y esa persona que tanto amamos pero con tanto poder para herirnos adopta la forma en nuestro corazón de una espada afilada pendiendo sobre nuestra yugular. Y esa visión acojona.

Pero Shapito no es el único que conecta la vulnerabilidad con el combo amor-odio. Las psicólogas estadoundienses Katherine Aumer y Anne Catherine Krebs confirman en su artículo El odio en las relaciones íntimas como una acción autoprotectora que reaccionar con cierto odio ante algunas conductas de alguien que amamos es un mecanismo natural destinado a preservarnos ante posibles daños. Especialmente cuando hay indicios de que podrían hacerlo. Parece que lidiar con esa contrariedad odiosa en las relaciones es inevitable, así que exponte, odia un poquito y ama un millón de veces más.