Aprende a separar el 'yo' del 'nosotros' para tener una relación fuerte

Es muy importante, como recalcamos siempre, mantener la propia individualidad intacta para construir un camino sólido junto a la pareja

Las relaciones están compuestas por personas, pueden ser dos o más, las que cada unx quiera. Es importante que para que este vínculo sea sólido y, sobre todo, sano, haya una independencia construida por cada persona. La independencia no significa estar despegadx, pasar o ignorar a la otra persona, nada de eso. Tener independencia significa construir una individualidad que te permita seguir con tu rutina sin que nada lo impida. No tienes que dejar de hacer lo que te gusta, no tienes que cambiar tus planes, no tienes que cambiar de opinión… Cuando te enamoras de alguien, ambxs os tenéis que adaptar y seguir caminando juntxs. Cambiar por la otra persona es una de las primeras características de que la relación podría convertirse en tóxica.

La cuestión, para entenderlo mejor, es que hay que aprender a separar el “yo” del “nosotrxs” para que la relación sea fuerte y permanezca unida, durante el tiempo que tenga que ser, que ya sabemos que no todo es para siempre. Hay 10 puntos que, desde Psychology Today, remarcan para que esto sea posible. Son los siguientes.

1. Hablar abiertamente y sin complejos de los asuntos que nos importan y de los cuales creemos que es imprescindible hablar.

2. Definir cuáles son nuestras convicciones, creencias, principios y valores. Además podemos actuar en congruencia con estos o también equivocarnos y contradecirlos.

3. Adoptar la postura que creamos según lo que sentimos o según las emociones de la otra persona, siempre intentando comprender.

4. Establecer nuestros propios límites y, de acuerdo con estos, hacer o decir lo que creamos con tranquilidad y sin tabúes.

5. Delimitar los límites de qué toleramos o qué nos parece bien dentro de una relación. En este punto entran acuerdos como los de tener o no una relación abierta.

6. Compartir sin miedo o vergüenza nuestros problemas, vulnerabilidades, dudas o preocupaciones con la pareja u otras personas.

7. Aceptar que la otra persona puede resolver sus problemas, manejar sus sentimientos y su dolor y si no desea compartirlo no es nuestra responsabilidad.

8. Tener un vínculo fuerte con la otra persona aunque piense, sienta o crea en cosas completamente diferentes a las nuestras. Podemos hacer resto sin necesitar convencer o cambiar a la otra persona.

9. Dar consejos si se nos piden y mostrar nuestra empatía siempre desde una perspectiva propia, con frases como “a mí me sirvió hacer esto”. Esto se puede hacer aún sabiendo que la otra persona puede no decantarse por hacerlo de esa manera.

10. Mostrar nuestro punto de vista sin agresividad, sin intentar convencer y sin que suene a modo de instrucción.

Todos estos puntos nos ayudarán a separar ambos ‘estados’, nos ayudarán a sentir más empatía, nos ayudarán a tener la libertad de vivir una vida propia con la compañía sana que deseamos y también nos ayudará a dedicar nuestra energía en observar cómo actuamos y cómo va la relación desde una perspectiva más objetiva. Seguramente nunca estén todos los puntos al cien por cien, por eso es bueno verlos y decidir trabajar en los que creas que están más ausentes.