¿Por qué los amores de verano son tan intensitos?

El hecho de dejarnos llevar como no hacemos en otras estaciones del año, nos hace compartir una opinión que podría cambiarlo todo: hagamos que los amores de verano no solo sean en verano

El verano es mágico, y no lo decimos por sus brutales festivales de música o esos largos días en la playa en los que no hay más preocupación que mojarse, secarse, mojarse, secarse y así todo el rato, sino porque es cuando se dan, como su propio nombre indica, los amores de verano, y ese es un vínculo bastante recurrente. Según una encuesta del 2019 realizada a 500 usuarios de la plataforma Mobifriends, el 61% habían tenido este tipo de relaciones en el pasado y el 81% esperaba vivir la experiencia ese mismo verano. Sí, está claro que necesitamos pocos datos para confirmar que nos encanta enamorarnos en esta época del año. ¿Pero por qué ocurre ahora? ¿Y por qué estos amores son intensos hasta el punto de convertirnos en un volcán de emociones en erupción constante?

Son varios los factores que provocan este fenómeno, y uno de ellos es, como indica el medio especializado en psicología La Mente es Maravillosa, que somos más capaces de centrarnos en el presente. ¿Las razones? Con la llegada del verano, que relacionamos con el descanso o las vacaciones, nuestra mente principalmente desea dos cosas que nos permiten ser más Carpe Diem: desconectar de las preocupaciones y no pensar ni en el ayer ni en el mañana.

Se trata de un fuerte sentido del ahora que, justamente, es lo que hace que “estos amores sean tan increíbles y poco repetibles”, contó al Diario de Sevilla la psicóloga Paula Rueda sobre una forma de mirar el presente que nos hace ver o sentir cosas que no vemos en otros momentos del año. Como añadió La Mente es Maravillosa, este enfoque nos ayuda a estar más abiertos a vivir experiencias o a disfrutar de pequeñas cosas. Vaya, a no darle tantas vueltas a si aceptamos o no una simple cita o si debemos dejarnos llevar a lo Titanic para sentir la magia de un primer beso.

Otro aspecto clave, en cuanto a la intensidad de los amores de verano, es algo que nos encanta y nos permite ser bastante fieles a lo que nos piden nuestras tripas: la sensación de libertad. Y no hablamos de libertad para hacer lo que nos de la gana en todo momento, como por ejemplo, engullir una caja de helados baratos al día, sino de despegarnos de lo que nos pesa. "El sentirnos libres de estrés y de las preocupaciones del día a día, unido a la apertura mental con la que conocemos a nuevas personas, sin juicios ni pretensiones, es un factor que nos puede llevar a sentir de forma intensa esa nueva y excitante relación", agregó la psicóloga Rueda al hablar de uno de los factores que, junto con el buen clima, más horas de luz o mayor cantidad de planes; contribuyen a que tengamos una mente relajada y, por tanto, una mente más feliz.

Y eso es lo que, también según La Mente es Maravillosa, nos hace liberar mayor cantidad de endorfinas, serotonina y dopamina. Un conjunto de substancias químicas que promueven la conexión y a la distensión y, en consecuencia, que las relaciones fluyan de manera más espontánea. Pues eso, que podemos ser capaces acabar quedando varias veces con ese desconocidx que nos sacó a bailar la canción de La Bomba en una playa a lo mediterráneamente. Y quién sabe, si la persona nos encaja, puede que eso vaya más allá de un baile, puede que estemos ante nuestro nuevo amor de verano sin haberlo planeado ni buscado. Solo nos hemos dejado llevar como no hacemos en otras estaciones. Así que hagámoslo más, hagamos que los amores de verano no solo sean en verano. ¡Viva el verano!