5 señales de que estás con la personas que debes estar

Sentirte como tu mejor versión cuando estáis juntos o no poder imaginarte un futuro donde no esté son dos de las más importantes

El mundo está habitado por más de 7.500 millones de personas. Demasiadas parejas potenciales como para no plantearte de vez en cuando si has elegido o no a la persona adecuada para ti. Pero es inútil reflexionar sobre ello. No puedes averiguarlo utilizando la lógica. Es una cuestión emocional. Lo sientes. Lo sabes cuando una serie de señales aparecen en tu vida como por arte de magia. Y, la persona adecuada para ti, estas son las cinco más importantes para descubrir si estás con la persona que debes estar.

1. Se siente diferente a todo lo anterior

Sí, claro que has estado enamorado un puñado de veces. Pero esta vez es distinto. Nunca antes habías experimentado tal grado de complicidad, conexión y equilibrio. Es como si todas las piezas encajasen al cien por cien. Como si todo fluyese a la perfección.

2. Sientes que estás en tu mejor momento

Te sientes perfecto cuando estás con esa persona. No necesitas obsesionarte con mejorarte ni necesitas actuar. Eres real y eso te proporciona una paz maravillosa. La búsqueda de tu mejor versión ha terminado: te encontraste a ti mismo al encontrarla a ella.

3. Te ha visto en tu peor momento

Sabes de sobra que la otra persona te ha visto bajar a los infiernos. Ha conocido tu ‘yo’ menos guay. El deprimente. O el furioso. O el absurdamente apático. Y aún así sigue ahí, contigo, con la misma comprensión y calidez. Sientes que puedes contar con ella en las buenas y en las malas.

4. Se siente como en casa

La manida frase de “mi hogar está donde estás tú” acaba convirtiéndose en una grandísima verdad cuando estás con la persona adecuada. Ella es la seguridad, la comodidad y la felicidad que trae consigo el concepto de hogar. Ella es tu guarida.

5. Sientes que el futuro os pertenece

No sabes en qué momento comenzó a suceder, pero desde hace tiempo aparece en todas tus proyecciones de futuro. Es más, no puedes —ni quieres— imaginarte un solo escenario donde esa otra persona no esté a tu lado. Eso vale más que mil razonamientos lógicos. El corazón manda. Y deberías hacerle caso.