Para que una pareja pueda construir una relación sana, algunos ingredientes son más que esenciales. Uno de los principales es la confianza. Esta característica funciona casi como un pilar que sostiene toda la relación, así que es importante cuidarla. Cuando no existe confianza, todo son obstáculos. Luchar por confiar en una persona no es plato de buen gusto. Y es que, a veces, no importa cuánto amor sientas, la desconfianza o el miedo que te hace preguntarte cuándo te traicionará genera una frustración constante que te impide disfrutar de la relación y, por tanto, ser feliz.
Puede ocurrir que no existan motivos por parte de tu pareja que te hagan desconfiar, eso quiere decir que se trata de algo propio como, por ejemplo, la falta de seguridad en uno mismo. Esto hará que la confianza con el resto de personas también se haga difícil. Desde Elite Daily explican cuatro señales de las personas desconfiadas y cómo hacer para empezar a resolverlas.
Eres sumamente insegurx
Detectar la inseguridad en unx mismx no es fácil. No obstante, sería sencillo hacerlo echando una mirada atrás y viendo qué sucedió con pasadas relaciones. Si en algún momento tuviste que superar algún engaño o mentira, es posible que esto te haya convertido en una persona insegura. Es necesario evitar la sensación de que no estás a la altura de tu pareja. Esto solo se puede conseguir trabajando la autoestima: lo ideal es tomarse un tiempo para uno mismx y hacer cosas que te gusten solamente a ti. Quererse, sentir amor propio, es uno de los pasos principales para querer a los demás y confiar en ellos.
Estás constantemente triste y confundidx
Los sentimientos de miedo, ansiedad, estrés, traición y confusión casi siempre acompañan a los problemas de confianza. Estas sensaciones deben combatirse. Una forma de hacerlo es a través de la comunicación. Lo principal es ser honestx contigo mismx y aprender a identificar cuáles son tus límites, tus necesidades y también tus expectativas. Cuanto más sepas de lo que quieres, mejor podrás comunicarlo a los demás. Callarse estos aspectos hará que los demás no tengan la posibilidad de situarse en tu perspectiva.
Sientes que estás en un punto ambiguo
La sensación de que estás perdidx en la relación o que no vais a ningún lugar juntos puede ser también una demostración de que estás empezando a desconfiar. Puede que tu punto de vista y tus sentimientos en este caso sean solo tuyos o que solo sepas tú identificarlos. Para ello lo esencial es priorizar la comunicación entre ambos: que tú puedas explicar lo que ves y que le des el espacio a la otra persona para que exprese qué siente y qué observa. En este punto es fácil caer en la desconfianza, si se tratase de una relación saludable no necesitarías saber si tu pareja está igual de comprometidx que tú.
Tu pareja te confronta
Si tu pareja o tu grupo de amigos percibe algún tipo de desconfianza será normal que salgan preguntas al respecto, sobre todo si —en lugar de controlarlo— dejas que tu inseguridad salga a la luz sin ningún tipo de filtro. Es necesario que, cuando tu pareja te pregunte a qué viene tanta desconfianza o a qué se deben tantas preguntas sobre dónde o qué estaba haciendo, no te pongas a la defensiva. Deben decidir juntos cómo pueden hablar del tema. Si ya has pasado por la experiencia de explicarle tu situación y que no ha conseguido entenderte, quizás necesitéis algún tipo de ayuda externa.
Lo importante dentro de cualquier tipo de relación y, sobre todo, para una concepción propia sana es no pensar o creer que tus sentimientos no son válidos, ni son reales o importantes. Esto tampoco quiere decir que puedes encerrarte en ellos hasta que desaparezcan porque eso solo sucederá si trabajas para generar un cambio. Compartir tus temores con tu pareja o tu entorno hará que ellxs puedan darte herramientas para ayudarte. Se trata de una rutina de amor propio. Poco a poco entenderás y sentirás realmente que no hay nada más valioso que tú mismx.