Las 11 estrategias para esconder infidelidades más habituales

Eliminar whatsapps, usar a las amistades como coartada y dar más amor a la pareja son parte de las estrategias más habituales de los infieles

Las infidelidades han sido analizadas científicamente desde innumerables perspectivas. Algunas de las más habituales tienen que ver con los motivos de las mismas y con sus consecuencias, dos aspectos que ayudan a comprender qué papel juegan en las relaciones y en nuestras vidas en general. Pero hay un enfoque de las infidelidades muchísimo menos explorado: las estrategias que utilizan las personas infieles para reducir las probabilidades de que les pillen. Al fin y al cabo, y aunque tu ex pareja, tu actual pareja, tus amigxs y tú seáis muy diferentes, no dejáis de ser humanos: vuestrxs mecanismos de ocultación no varían mucho.

Esta es la conclusión de una investigación llevada a cabo por el psicólogo evolutivo Menelaous Apostolou y publicada en la revista especializada Personality and Individual Differences hace apenas unos días. Una en la que Apostolou y su equipo encuestaron a cientos y cientos de hombres y mujeres solterxs, emparejadxas o casadxs acerca de sus trucos pasados y presentes para mantener las infidelidades en secreto. Aunque surgieron hasta investigación distintas, la realidad es que hubo 11 de ellas particularmente habituales. Nos gusta pensar que somos muy creativxs, pero acabamos cayendo en los mismos comportamientos clichés.

De hecho, la estrategia número uno resulta bastante obvia: practicar la discreción. A menos que quieras que te pillen, debes andarte con cierto cuidado. La segunda estrategia consiste en eliminar las pruebas digitales. Y esto tiene mucho sentido teniendo en cuenta que muchas infidelidades comienzan a través del Whatsapp, del Instagram o de, en los casos más osados, Tinder. Borrar los mensajes comprometedores es clave. En tercer lugar aparece el mantenimiento de las mismas costumbres de siempre para no llamar la atención. Un punto que conecta con la cuarta estrategia: respetar la rutina habitual. Si todo parece normal, mejor.

La quinta estrategia resulta aún más conflictiva moralmente. La infidelidad es en esencia una traición, y desde luego merece un debate ético, pero utilizar a lxs amigxs para que te cubran es otro nivel. Y, sin embargo, ahí está, como una de las triquiñuelas favoritas de lxs infieles. Le sigue la creación de contraseñas muy seguras para las cuentas digitales, mantener una infidelidad inconstante sin una frecuencia precisa y no levantar de ninguna manera sospechas. Para esto último se necesita mucha frialdad ante determinadas conversaciones y circunstancias o una licenciatura cum laude en Arte Dramático. De lo contrario termina muy mal.

Y quedan tres estrategias de ocultación para cerrar este infame arsenal de actitudes. Por un lado, mostrar un mayor interés en la pareja. El clásico mecanismo de compensación. Por otro lado, utilizar un smartphone secundario para evitar cazadas. Y, por último, un tanto perverso, presentar a la persona con la que se es infiel como unx amigx o unx compañerx de trabajo. Es importante dejar claro que, tal y como apunta el psiquiatra Grant Hilary en Psychology Today, medio que se hace eco de la investigación, "los hombres y las mujeres tienen una probabilidad similar de usar estas estrategias". Lo que decíamos: humanos.