El motivo por el qué vivir en zonas verdes nos hace más inteligentes

La protección frente a la depresión y la mayor socialización que suele traer consigo podrían estar detrás de este fenómeno

En tu cerebro hay una enorme cantidad de información que no existía hace decenas de miles de años: ningún sapiens prehistórico sabía nada de Rosalía, de los controles de juego del Animal Crossing o de Euphoria. Sin embargo, estos conocimientos no deberían hacerte pensar que estás cognitivamente lejísimos de aquellos. Y es que tu cerebro es prácticamente igual al suyo en lo esencial. Entre otras cosas, en el amor por los paisajes naturales. Como demostró una Rosalía en 2018, pasar tiempo en espacios verdes protege frente a la aparición de la depresión. Y parece que la cosa no termina ahí: también te hace más inteligente.

Es la conclusión de un nuevo estudio dirigido por la epidemióloga Marcia Pescador Jiménez, profesora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, y basado en datos de las diferentes ediciones del Estudio de Salud de Enfermeras de entre el año 2014 y el año 2017. Como resume el periodista científico Christopher Bergland en un artículo para estudio, "este nuevo estudio basado en datos descubre nueva evidencia de que las personas que viven cerca de espacios verdes tienen, en promedio, un mejor funcionamiento cognitivo que aquellas que no viven cerca de zonas verdes". En otras palabras: la ciudad atonta.

También nos aleja del estrés

Pero no es un procedimiento mágico. Según explicó la propia Jiménez en un comunicado de prensa, "algunas de las formas principales en que la naturaleza puede mejorar la salud mental es ayudar a las personas a recuperarse del estrés psicológico y animar a las personas a estar al aire libre socializando con los amigos". Así, la calma de los entornos verdes naturales, unido a la conversación y a las emociones positivas asociadas a pasar tiempo con tus colegas o con tu familia, alejan los fantasmas de la depresión y aclaran tu mente, lo que resulta a menudo en una mayor capacidad para reflexionar y para tomar decisiones. Es como apartar nubes.

Mejora la concentración

En concreto, apunta Bergland, las personas que se encuentran cerca de los ambientes verdes, llenos de árboles y de plantas, demuestran una mejora sustancial "en relación con la velocidad de procesamiento y la atención". Y esto tiene mucho sentido: ¿cómo no vas a disponer de una mejor capacidad de atención en mitad de espacios que te transmiten tanta paz y serenidad? Está claro que no puedes alcanzar ese nivel de concentración en el centro de la ciudad en la que vives, donde dominan los ruidos de los autobuses, de los coches y de las motos. Si apenas puedes centrarte en lo que tienes delante. Es un caos para tus sentidos y mente.

No obstante, hay un factor que explica esta relación entre entornos verdes y capacidad cognitiva mejor que ningún otro: según indican desde Neuronup, plataforma especializada en estimulación cognitiva, "la depresión está asociada a una disminución de las funciones cognitivas como la atención, la concentración, la memoria, la capacidad de tomar decisiones, la planificación o el uso del vocabulario". En cualquier caso, otros factores asociados a la naturaleza como una mayor actividad física o una menor contaminación del aire podrían ser corresponsables del fenómeno. Sea como sea, aprovéchalo. Entrégate a los parajes naturales tanto como puedas.