Estos son los tipos de estrés que pueden afectar a tu rutina

Cuando alguien está en medio de varias preocupaciones es normal que no se encuentre del todo bien y que una sensación de agobio le acompañe de manera constante

La rutina tiene varios ingredientes que pueden o bien generarnos agobio o malestar o hacernos sentir tranquilidad y optimismo. A veces las estructuras del día ordenadas nos dan la calma que necesitamos para seguir llevando hacia delante nuestras responsabilidades pero también un trabajo que resulte repetitivo, cansado o agobiante no solo nos quita las ganas sino que también nos causa estrés. El estrés nos puede afectar emocionalmente e incluso físicamente: puedes tener contracturas, dolores de cabeza o un excesivo cansancio. El estrés se ha visto siempre como algo negativo, lo que no sabemos es que es posible sacarles partido y usar el estrés a nuestro favor.

No solo se le puede sacar partido al estrés, también podemos usar la ansiedad con una finalidad positiva. Ambas sensaciones aparecen como respuesta evolutiva: nos ayudan a encender una alerta porque nos vamos a enfrentar a algo que no es precisamente positivo. Podemos pensar en el estrés y en la ansiedad como mecanismos de supervivencia. Lo que sucede es que hoy en día no tenemos que ponernos a luchar o a huir según el contexto, así que como mecanismo de supervivencia extrema tampoco tiene mucha función, es por ello que se activa en momentos inesperados o en situaciones donde tenemos que abarcar mucho y no sabemos cómo.

Lo mismo pasa con el estrés. Si sufrimos un estrés extremo en una situación que, por lo general, no debería generar esta respuesta, estamos ante lo que se llama eustrés. Son esa clase de nervios que aparecen previos a una entrega importante y se les puede sacar provecho porque nos pueden ayudar a ser más productivos. Cuando sentimos este tipo de estrés nuestro cuerpo genera adrenalina y es por eso que sentimos ese empujón. Ahora bien, hay que tener cuidado con el distrés, que en lugar de activarnos y ayudarnos a ser más productivos podría paralizarnos. Por eso es necesario detectar esta última reacción para no dejar que nos posea, ya que la línea que separa el eustrés del distrés es muy fina y se puede pasar de uno a otro en un instante.

Algo que puede ayudarnos es intentar adoptar unas perspectiva objetiva, como si lo que nos ocurre le estuviera ocurriendo a otra persona para poder diferenciar qué tipo de estrés nos está atacando y cómo podemos aprovecharlo para nuestro bien. Además esto también nos ayudará a detectar qué nos genera estrés, cuál es su verdadero origen.