El teletrabajo amplía el malestar laboral y magnifica los problemas con tus compañeros

Lo que en la oficina se arregla con una sonrisa, con el teletrabajo puede convertirse en una bola grandísima que te raye durante horas

¿Eres del 30% de empleados que sigue trabajando desde casa después del confinamiento? Entonces ya te has topado con lo mismo: es muy difícil tener conversaciones espontáneas y relaciones amistosas por videollamada. Además, cuando estás en el trabajo in situ escuchas a tus compañeros hablar, te enteras de qué sucede, aunque no te incumba y hay una mayor comunicación. Currando desde casa, las conversaciones van en privado y de forma directa. Pierdes muchísima información que, por mucho que te interese, si no eres su receptor directo, no te dirán. Y eso genera rayadas.

“Comunicarse de manera completamente virtual con los compañeros de trabajo no significa que nuestra dinámica emocional de oficina se haya puesto al día con nuestro nuevo mundo de videoconferencias. Muchos sienten un espectro de nuevas ansiedades acerca de sus interacciones con sus compañeros”, explica The New York Times. “Hay empleados preguntándose: ¿Ese mensaje no ha sido respondido porque me quieren despedir o porque mi jefe está lidiando con sus hijos en casa? ¿Esa broma no recibió feedback en esa videollamada porque era un chiste malo o porque estoy empezando a caer mal?”.

Es lo que le sucede a Shireen Ali-Khan, una londinense que antes, aunque tenía interacciones incómodas, se rayaba unos pocos minutos y luego se le pasaba. Pero ahora, como después del mensaje chungo no puede sonreír a sus compañeros, o seguir interactuando como si nada, se hace una bola mental. “Estás en casa sin ver a nadie, entonces pierdes el toque personal, solo tienes una pequeña parte de la información, no hay una relación interpersonal formada, y te montas una película”, y, esos vacíos, los rellenamos de inseguridades.

No es que Ali-Khan esté loca. De hecho, según los estudios del profesor de Stanford Roderick M. Kramer, trabajar desde casa puede alimentar nuestra paranoia y hace que seamos más proclives a rayarnos y a comernos la cabeza. “El trabajo remoto puede contribuir al malestar social, porque se está perdiendo el tipo de conversaciones que tienden a asegurarnos de que estamos en buenas condiciones con el resto”, asegura.

A esto, además, se le suma que trabajar por videollamada genera inseguridades. No es nada nuevo, seguro que llevas leyendo toda la pandemia sobre las personas que se sienten juzgadas porque sus casas son feas, o porque no se gustan en las imágenes de videollamada y se generan inseguridades físicas… En fin, una larga lista de ítems que, sumado a esta paranoia social, hacen que nuestra salud mental empeore. Así que ya sabes: si trabajas desde casa, cuídate muchísimo.