Aunque nos duela admitirlo gran parte de nuestros recuerdos de infancia son falsos, ambiguos o enormemente distorsionados. El problema está en que nuestros cerebros no son capaces de almacenar recuerdos de una manera 100% objetiva, sino que lo que acaba almacenando siempre de manera parcial, imprecisa, subjetiva y, en muchos casos, completamente falsa rellenando los espacios en blanco con elementos propios de la imaginación.
Pero, ¿qué pasaría si te dijera que existen técnicas que aprovechan estas carencias para implantarte recuerdos completamente falsos y convencerte de que son reales? Pues existen y los científicos de la Johannes Gutenberg-Universität Mainz, el Leibniz Institut y la universidad de Portsmouth, han conseguido un nivel muy alto de eficiencia creando recuerdos falsos en sus experimentos.
En concreto, los investigadores lograron que el 70% de los 52 voluntarios con una edad promedio de 23 años generaran recuerdos completamente falsos. Para ello los científicos inventaron historias verosímiles sobre la infancia de los participantes en el experimento que mezclaron hábilmente con otras reales. Y, para que fuera todavía más creíble, hicieron que los padres mintieran asegurando que las partes inventadas eran completamente reales.
Tras unas pocas sesiones, un alto porcentaje de los voluntarios aceptaron como completamente reales los recuerdos inventados por los científicos demostrando que las técnicas empleadas de manipulación en determinados ámbitos con extremadamente eficientes. Un claro ejemplo se produce en el ámbito penal y judicial donde estas técnicas deshonestas pueden modificar el recuerdo de los testigos para lograr condicionar su versión de los hechos.
Pero lo realmente revelador fue lo fácil que les resultó eliminarlos con la misma técnica pero a la inversa. Al apuntarles la fuente de su recuerdo falso y cómo se les había inducido a él, el 74% de los voluntarios consiguieron borrarlos completamente de su memoria. Las conclusiones son tan obvias que resultan enormemente dolorosas: nuestros recuerdos son tan maleables que bastará con que un elemento exterior modifique nuestra idea de “verdad” para que nuestra mente se adapte 100% a su relato.
Y aunque los científicos creen que el descubrimiento de estos mecanismos tendrá una aplicación terapéutica, al poder actuarse sobre recuerdos dañinos o traumáticos altamente subjetivos, lo cierto es que pone de manifiesto lo expuestos que nos encontramos ante las grandes manipulaciones en masa que podrían estar ocurriendo incluso en algo tan teóricamente objetivo como el ámbito judicial. Ahora ya lo sabes, no confíes en tu mente porque no es infalible.