Este simple y único truco te ayudará a saber si alguien te está mintiendo o no

Un equipo de psicólogos reveló, a través de un experimento interactivo, cómo se puede obtener la verdad de alguien que está mintiendo

A la hora de mentir diríamos que existen dos grandes grupos: por un lado los que no saben fingir y se le nota por todo el rostro que están mintiendo y luego están los que sí saben. De hecho, hay algunas personas que son tan sumamente hábiles a la hora de engañar que, por mucho que pases horas dialogando y haciendo preguntas, nada conseguirá hacer tambalear sus argumentos. Ahora bien, no todo está perdido para aquellas que siempre ‘se comen con patatas’ sea lo que sea que les digan.

Hay un truco, recientemente respaldado por un estudio realizado en la Universidad de Tampere, en Finlandia y recientemente respaldado por un estudio, que defiende y demuestra que observando directamente —y profundamente— a los ojos del supuesto mentiroso podrías distinguir lo que es verdad y lo que no. Todas las respuestas están en el contacto visual.

Las personas que mienten tienen las mentiras alineadas en su cabeza. Su versión está estructurada para que no haya ningún tipo de fisuras en el discurso, para que no haya absolutamente nada que pueda hacer que sospechen de sus palabras. El contacto visual directo puede ser la única vía para obtener la verdad de alguien. Es más, este tipo de contacto debe ser tan fijo que se podría conseguir que las mentiras se detengan. Un contacto sin parpadeos, sin palabras, sin suspiros, solo silencio y una mirada profunda y fija. La presunta mentirosa o mentiroso se incomodará y pretenderá que dejes de mirar con los ojos tan firmes.

Aunque en ocasiones, como explicábamos, puede ser sencillo saber si alguien miente o no, esta investigación ha confirmado que el contacto visual reduce las posibilidades de que alguien mienta, es decir, fomenta la verdad. Los psicólogos que llevaron adelante este estudio crearon un experimento interactivo en el que un grupo de jóvenes universitarios se enfrentaron entre sí a través de un juego de ordenador. El juego consistía en mentir al contrincante y conseguir que se lo creyera una pauta que solo conocían los psicólogos.

A través de una pequeña pantalla los oponentes podrían verse las caras. Mientras tanto los psicólogos grababan el movimiento ocular de los participantes durante el transcurso del juego. Todo aquel que mirara directamente a los ojos de su contrincante conseguía hacer que se redujeran las mentiras. Los resultados demostraron el efecto del contacto visual. Así el autor del estudio, Jonne Hietanen, explicó que esta técnica puede tener implicaciones prácticas tanto para situaciones cotidianas como profesionales, por ejemplo, en un interrogatorio policial.

Sin embargo, explica el experto, "dado que los resultados se obtuvieron en una situación experimental, uno debe tener cuidado de no sacar conclusiones demasiado profundas". Como ya sabemos, siempre existirá alguien que podrá zafarse de este contacto visual directo y firme. Aún así no está mal saber que, aunque haya todo tipo de personas, hay que confiar en aquellas a las que uno quiere y que siempre forman parte de nuestro entorno.