Qué necesitas para dejar de pensar que tu vida es una mierda

La autopena es pura queja improductiva que te hace sentir mal y te impide mejorar

Mi trabajo es una mierda. Mi cuerpo es una mierda. Mi relación es una mierda. Mi vida es una mierda. Es un conjunto de frases que te acompañan desde tiempos inmemoriales y que salen a la luz una y otra vez. Estás convencidx de que vives en la mediocridad más absoluta y de que cualquier persona que mirara desde el exterior pensaría lo mismo. De que no tienes mucho que merezca la pena. De que vivas una existencia en la que hay muy poquito que celebrar. Una actitud que lxs psicólogxs vida llaman autopena. Es tu rollo: la autopena. Llevas así muchísimo tiempo.

Se llama autopena

Y la solución no pasa por castigarte aún más diciéndote aquello de "mi mente es una mierda por andar todo el rato de autopena en autopena". Eso implica entrar en un círculo vicioso bastante retorcido. En su lugar, la pareja de profesionales explica en Psychology Today que la solución está en la autocompasión. Aunque quizá te suenen idénticas, la realidad es que la autocompasión es muy diferente de la autopena. Mientras que esta última posee un tono de autorreproche, una oscuridad palpable, la primera es un sentimiento bastante más amable y libre de quejas. Es una muestra de amor hacia ti mismx.

"Cuando tengas dificultades o estés estresadx, en lugar de ponerte duro contigo mismx, trata de tomarte un momento para relajar los hombros, respirar y decirte a ti mismo con simpatía: 'realmente estoy pasando por un momento difícil'. Luego observa cómo tu cuerpo se destensa un poco", escriben estxs dos especialistas. A juzgar por sus investigaciones, esta actitud provoca una especie de división en tu cerebro: el yo que se compadece y el yo compadecido. En ese sentido, "puedes descubrir que eres más que los sentimientos y pensamientos intensamente angustiosos que demandan tu atención en ese momento".

La fórmula para ayudarte

En última instancia, la transformación de la actitud de autopena a la actitud de autocompasión pasa por una selección más cuidadosa de las palabras que te dices a ti mismx. Piénsalo. ¿Es lo mismo decirte que estás en una mala situación sentimental porque no vales nada que decirte que lo estás porque no ha aparecido aún la persona adecuada en las circunstancias adecuadas? No se trata de mentirte. No se trata de invertir excusas y alterar los discursos para no ver la realidad. Se trata de aceptar que la realidad tiene muchas lecturas y optar por la que es menos destructiva para ti. Como lo harías con las demás personas.

Aunque no es fácil. En palabras de Brenner y Letich, "una peculiaridad extraña de la naturaleza humana es que regañarnos a nosotrxs mismos por hacer algo que no nos gusta se siente natural, pero darnos compasión deliberadamente se siente raro". Quizá porque te has criado en una cultura que glorifica la imperturbabilidad emocional y desprecia aquellas actitudes que considera "blandas con unx mismx". Y es una pena. Al fin y al cabo, "no hay contradicción entre la autocompasión y desafiarte a ti mismo". El problema es la autopena que te sumerge en una actitud quejicosa y pasiva. Date una oportunidad.